Obesidad

¿Qué es la obesidad?

El índice de masa corporal (IMC) es un cálculo que tiene en cuenta el peso y la estatura de una persona para medir su tamaño corporal.

En los adultos, la obesidad se define como un IMC igual o superior a 30,0, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

La obesidad se asocia a un mayor riesgo de padecer enfermedades graves, como diabetes de tipo 2, cardiopatías y cáncer.

La obesidad es común. Los CDC estiman que el 42,4 por ciento de los estadounidenses de 20 años o más tenían obesidad en 2017 a 2018.

Pero el IMC no lo es todo. Tiene algunas limitaciones como métrica.

Según los CDC"Factores como la edad, el sexo, la etnia y la masa muscular pueden influir en la relación entre el IMC y la grasa corporal. Además, el IMC no distingue entre el exceso de grasa, músculo o masa ósea, ni proporciona ninguna indicación sobre la distribución de la grasa entre los individuos."

A pesar de estas limitaciones, el IMC sigue utilizándose ampliamente para medir el tamaño corporal.

¿Cómo se clasifica la obesidad?

Las siguientes clases se utilizan para adultos de al menos 20 años:

IMCClase
18,5 o inferiorBajo peso
18,5 a <25,0"peso "normal
de 25,0 a <30,0sobrepeso
de 30,0 a <35,0obesidad de clase 1
35,0 a <40,0obesidad de clase 2
40,0 o másobesidad de clase 3 (también conocida como obesidad mórbida, extrema o grave)

¿Qué es la obesidad infantil?

Para que un médico diagnostique obesidad a un niño mayor de 2 años o a un adolescente, su IMC tiene que estar en el percentil 95 para personas de su misma edad y sexo biológico:

Rango percentil del IMCClase
>5%bajo peso
5% a <85"peso "normal
85% a <95sobrepeso
95% o másobesidad

De 2015 a 2016, se consideró que el 18,5% (o alrededor de 13,7 millones) de los jóvenes estadounidenses de entre 2 y 19 años tenían obesidad clínica.

¿Qué causa la obesidad?

Ingerir más calorías de las que se queman con la actividad y el ejercicio diarios -a largo plazo- puede conducir a la obesidad. Con el tiempo, estas calorías de más se acumulan y provocan un aumento de peso.

Pero no siempre se trata de ingerir o ingerir calorías, o de llevar un estilo de vida sedentario. Aunque estas son algunas de las causas de la obesidad, hay otras que no se pueden controlar.

Las causas específicas comunes de la obesidad incluyen:

  • la genética, que puede influir en la forma en que el organismo transforma los alimentos en energía y en cómo almacena la grasa
  • la edad, que puede reducir la masa muscular y el metabolismo, lo que facilita el aumento de peso
  • no dormir lo suficiente, lo que puede provocar cambios hormonales que le hagan sentir más hambre y desear ciertos alimentos ricos en calorías
  • el embarazo, ya que el peso ganado durante la gestación puede ser difícil de perder y acabar provocando obesidad.

Ciertas condiciones de salud también pueden provocar un aumento de peso, que puede conducir a la obesidad. Entre ellas se incluyen:

  • síndrome de ovario poliquístico (SOP), enfermedad que provoca un desequilibrio de las hormonas reproductivas femeninas
  • Síndrome de Prader-Willi, una enfermedad rara de nacimiento que provoca hambre excesiva.
  • Síndrome de Cushing, enfermedad causada por niveles elevados de cortisol (la hormona del estrés) en el organismo.
  • hipotiroidismo (tiroides hipoactiva), enfermedad en la que la glándula tiroides no produce suficiente cantidad de ciertas hormonas importantes
  • osteoartritis (OA) y otras afecciones que causan dolor y pueden reducir la actividad física.

¿Quién corre el riesgo de padecer obesidad?

Una compleja mezcla de factores puede aumentar el riesgo de obesidad de una persona.

Genética

Algunas personas tienen genes que les dificultan perder peso.

Entorno y comunidad

Tu entorno familiar, escolar y comunitario puede influir en cómo y qué comes, y en lo activo que eres.

Puede tener un mayor riesgo de padecer obesidad si:

  • viven en un barrio con pocas opciones de comida sana o con muchas opciones de comida hipercalórica, como los restaurantes de comida rápida
  • aún no ha aprendido a cocinar alimentos sanos
  • no cree que pueda permitirse alimentos más sanos
  • no haencontrado un buen lugar para jugar, pasear o hacer ejercicio en su vecindario

Factores psicológicos y de otro tipo

En ocasiones, la depresión puede provocar un aumento de peso, ya que algunas personas recurren a la comida como consuelo emocional. Ciertos antidepresivos también pueden aumentar el riesgo de aumento de peso.

Dejar de fumar siempre es bueno, pero dejar de fumar también puede provocar un aumento de peso. En algunas personas, puede provocar un aumento de peso excesivo. Por ese motivo, es importante centrarse en la dieta y el ejercicio mientras se deja de fumar, al menos después del periodo de abstinencia inicial.

Los medicamentos, como los esteroides o las píldoras anticonceptivas, también pueden aumentar el riesgo de aumento de peso.

¿Cómo se diagnostica la obesidad?

El IMC es un cálculo aproximado del peso de una persona en relación con su estatura.

Otras medidas más precisas de la grasa corporal y de su distribución son:

  • pruebas de espesor del pliegue cutáneo
  • comparaciones cintura-cadera
  • pruebas de cribado, como ecografías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas

Su médico también puede solicitar determinadas pruebas para ayudar a diagnosticar los riesgos para la salud relacionados con la obesidad. Entre ellas se incluyen:

  • análisis de sangre para examinar los niveles de colesterol y glucosa
  • pruebas de la función hepática
  • un cribado de la diabetes
  • pruebas de tiroides
  • pruebas cardiacas, como un electrocardiograma (ECG)

La medición de la grasa alrededor de la cintura también es un buen indicador del riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la obesidad.

¿Cuáles son las complicaciones de la obesidad?

La obesidad puede provocar algo más que un simple aumento de peso.

Una elevada proporción de grasa corporal en relación con los músculos sobrecarga los huesos y los órganos internos. También aumenta la inflamación del organismo, lo que se considera un factor de riesgo de cáncer. La obesidad es también un importante factor de riesgo de diabetes de tipo 2.

La obesidad se ha relacionado con una serie de complicaciones de salud, algunas de las cuales pueden poner en peligro la vida si no se tratan:

  • diabetes tipo 2
  • cardiopatías
  • hipertensión arterial
  • ciertos tipos de cáncer (mama, colon y endometrio)
  • ictus
  • enfermedad de la vesícula biliar
  • enfermedad del hígado graso
  • colesterol alto
  • apnea del sueño y otros problemas respiratorios
  • artritis
  • infertilidad

¿Cómo se trata la obesidad?

Si padece obesidad y no ha podido perder peso por sí mismo, dispone de ayuda médica. Empiece por su médico de atención primaria, que puede remitirle a un especialista en peso de su zona.

También es posible que su médico quiera trabajar con usted como parte de un equipo que le ayude a perder peso. Ese equipo puede incluir un dietista, un terapeuta u otro personal sanitario.

Su médico colaborará con usted para introducir los cambios necesarios en su estilo de vida. A veces, también puede recomendar medicamentos o cirugía para perder peso. Más información sobre el tratamiento de la obesidad.

¿Qué cambios de estilo de vida y de comportamiento pueden ayudar a perder peso?

El equipo médico puede enseñarle a elegir alimentos y ayudarle a desarrollar un plan de alimentación saludable que se adapte a usted.

Un programa de ejercicio estructurado y una mayor actividad diaria -hasta 300 minutos a la semana- le ayudarán a aumentar su fuerza, resistencia y metabolismo.

El asesoramiento psicológico o los grupos de apoyo también pueden identificar los desencadenantes poco saludables y ayudarte a afrontar cualquier problema de ansiedad, depresión o alimentación emocional.

El estilo de vida y los cambios de comportamiento son los métodos preferidos para perder peso en los niños, a menos que tengan un sobrepeso extremo.

¿Qué medicamentos se recetan para perder peso?

Su médico también puede recetarle determinados medicamentos para perder peso, además de planes de alimentación y ejercicio.

Los medicamentos suelen recetarse sólo si no han funcionado otros métodos de pérdida de peso y si se tiene un IMC de 27,0 o más, además de problemas de salud relacionados con la obesidad.

Los adelgazantes de venta con receta impiden la absorción de grasas o suprimen el apetito. La Food and Drug Administration (FDA) ha aprobado los siguientes medicamentos para un uso prolongado (al menos 12 semanas):

  • fentermina/topiramato (Qsymia)
  • naltrexona/bupropión (Contrave)
  • liraglutida (Saxenda)
  • orlistat (Alli, Xenical), el único aprobado por la FDA para su uso en niños a partir de 12 años.

Estos medicamentos pueden tener efectos secundarios desagradables. Por ejemplo, el orlistat puede provocar deposiciones grasientas y frecuentes, urgencia intestinal y gases.

Su médico le vigilará estrechamente mientras esté tomando estos medicamentos.

¿Cuáles son los tipos de cirugía de pérdida de peso?

La cirugía de pérdida de peso suele denominarse cirugía bariátrica.

Este tipo de cirugía actúa limitando la cantidad de alimentos que puede ingerir cómodamente o impidiendo que su organismo absorba alimentos y calorías. A veces puede hacer ambas cosas.

La cirugía de pérdida de peso no es una solución rápida. Es una operación importante y puede entrañar graves riesgos. Después, las personas que se someten a cirugía tendrán que cambiar cómo y cuánto comen, o corren el riesgo de enfermar.

Sin embargo, las opciones no quirúrgicas no siempre son eficaces para ayudar a las personas con obesidad a perder peso y reducir el riesgo de comorbilidades.

Los tipos de cirugía de pérdida de peso incluyen:

  • Cirugía de bypass gástrico. En esta intervención, el cirujano crea una pequeña bolsa en la parte superior del estómago que conecta directamente con el intestino delgado. Los alimentos y líquidos pasan a través de la bolsa hasta el intestino, evitando la mayor parte del estómago. También se conoce como bypass gástrico en Y de Roux (RYGB).
  • Banda gástrica laparoscópica ajustable (LAGB). LAGB separa el estómago en dos bolsas mediante una banda.
  • Cirugía de manga gástrica. En esta intervención se extirpa parte del estómago.
  • Derivación biliopancreática con switch duodenal. Este procedimiento extirpa la mayor parte del estómago.

Candidatos a la cirugía

Durante décadas, los expertos recomendaron que los candidatos adultos a la cirugía de pérdida de peso tuvieran un IMC de al menos 35,0 (clases 2 y 3).

Sin embargo, en las directrices de 2018, la Sociedad Estadounidense de Cirugía Metabólica y Bariátrica (ASMBS) respaldó la cirugía de pérdida de peso para adultos con IMC de 30,0 a 35,0 (clase 1) que:

  • tienen comorbilidades relacionadas, especialmente diabetes de tipo 2
  • no han obtenido resultados sostenidos con tratamientos no quirúrgicos, como modificaciones de la alimentación y el estilo de vida.

Para las personas con obesidad de clase 1, la cirugía es más eficaz en las edades comprendidas entre los 18 y los 65 años.

Las personas suelen tener que perder algo de peso antes de someterse a la intervención. Además, normalmente recibirán asesoramiento para asegurarse de que están emocionalmente preparados para la operación y dispuestos a realizar los cambios necesarios en su estilo de vida.

Sólo unos pocos centros quirúrgicos de Estados Unidos realizan este tipo de intervenciones en menores de 18 años.

¿Cómo se puede prevenir la obesidad?

En las dos últimas décadas se ha producido un aumento espectacular de la obesidad y de las enfermedades relacionadas con ella. Esta es la razón por la que las comunidades, los estados y el gobierno federal están haciendo hincapié en la elección de alimentos y actividades más saludables para ayudar a invertir la tendencia de la obesidad.

A nivel personal, puede ayudar a prevenir el aumento de peso y la obesidad tomando decisiones más saludables en su estilo de vida:

  • Intente hacer ejercicio moderado, como caminar, nadar o montar en bicicleta durante 20 o 30 minutos al día.
  • Aliméntese bien eligiendo alimentos nutritivos, como frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras.
  • Consuma con moderación alimentos ricos en grasas y calorías.

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