Causas, sĂ­ntomas y tratamientos pancreatitis

CAUSAS, SÍNTOMAS Y TRATAMIENTOS PANCREATITIS

 Causas, síntomas y tratamientos

La pancreatitis se refiere a la inflamación del páncreas, un órgano situado en la parte posterior del abdomen superior, detrás del estómago, que segrega hormonas y jugos digestivos.

Esta enfermedad puede presentarse como una afección grave de corta duración denominada pancreatitis aguda. También puede presentarse como una enfermedad de larga duración con altibajos, denominada pancreatitis crónica.

¿Cuáles son las causas de la pancreatitis?

El páncreas puede inflamarse por diversas razones (se abre en una pestaña nueva). Las dos razones más comunes son los cálculos biliares (abre una pestaña nueva) - masas parecidas a guijarros que se forman en la vesícula biliar o en los conductos entre el hígado y el intestino delgado - y el consumo abusivo de alcohol (abre una pestaña nueva). Para entender las causas de la pancreatitis, es importante saber qué hace el páncreas y cómo está estructurado.

Situado en la parte superior del abdomen, detrás del estómago, el páncreas es a la vez una glándula endocrina (una glándula que segrega hormonas al torrente sanguíneo) y una glándula exocrina (una glándula que segrega sustancias, como enzimas, a través de conductos y/o a la superficie del cuerpo), según Columbia Surgery (se abre en una nueva pestaña). Mientras que el páncreas fabrica y segrega cuatro hormonas como función endocrina, su función exocrina es fabricar, almacenar y segregar una serie de enzimas necesarias para la digestión de los nutrientes de los alimentos.

Las enzimas digestivas pancreáticas se fabrican en las "células acinares" y se secretan en una red de conductos que, en última instancia, desemboca en el conducto pancreático principal. El conducto pancreático principal transporta las enzimas pancreáticas a la primera parte del intestino delgado, denominada duodeno. Sin embargo, antes de llegar al duodeno, el conducto pancreático se fusiona con otro conducto, llamado conducto biliar común, que transporta una sustancia llamada bilis desde el hígado y la vesícula biliar. Es frecuente que los cálculos biliares obstruyan el conducto biliar común. Esto puede impedir que las secreciones pancreáticas pasen del conducto pancreático principal al duodeno, y esta obstrucción puede provocar una inflamación del páncreas o pancreatitis.

 Causas, síntomas y tratamientos

La inflamación del páncreas puede deberse a cálculos biliares que obstruyen el conducto biliar común. (Crédito de la imagen: eranicle via Shutterstock)

Las enzimas digestivas producidas por las células acinares comienzan como zimógenos, precursores inactivos de las enzimas que se almacenan en burbujas protectoras llamadas vesículas. Estos zimógenos sólo pueden ser "activados" por otras enzimas de la célula, cuya actividad es controlada por otras enzimas. El alcohol altera el equilibrio de todas estas enzimas (se abre en una nueva pestaña), haciendo que el sistema de enzimas se desplace a favor de que se activen y liberen más enzimas digestivas de las células acinares. Esto provoca inflamación en el páncreas, razón por la cual el abuso del alcohol puede causar pancreatitis.

Además de los cálculos biliares y el consumo abusivo de alcohol, otras causas de pancreatitis (abre en nueva pestaña) incluyen niveles elevados de triglicéridos séricos (moléculas de grasa en la sangre); ciertas infecciones víricas, incluidas las paperas; o traumatismos en el páncreas. En raras ocasiones, la afección puede estar relacionada con el uso de ciertos medicamentos, como los esteroides (se abre en una nueva pestaña), o con la exposición a toxinas, como el veneno de escorpión (se abre en una nueva pestaña). Por último, algunos casos de pancreatitis se denominan idiopáticos, lo que significa que no hay una causa identificable.

Como se ha indicado anteriormente, la pancreatitis puede ser aguda, es decir, que se desarrolla en cuestión de horas o días y requiere atención inmediata, o crónica, es decir, que va aumentando y disminuyendo en episodios más leves. Las causas mencionadas anteriormente pueden provocar tanto pancreatitis aguda como crónica, ya que la enfermedad crónica puede desarrollarse como resultado de múltiples episodios de pancreatitis aguda. Estos episodios hacen que el tejido pancreático sea cada vez más susceptible a la inflamación.

El abuso del alcohol puede causar pancreatitis crónica, incluso sin provocar una pancreatitis aguda por el camino. Además, las enfermedades autoinmunes, en las que el sistema inmunitario ataca los tejidos del organismo, pueden causar pancreatitis crónica.

Factores de riesgo de la pancreatitis

Como ya se ha señalado, el páncreas puede inflamarse por diversas razones, siendo las más comunes el abuso del alcohol y los cálculos biliares. Entre los factores relacionados con un mayor riesgo de cálculos biliares (se abre en una nueva pestaña), y por tanto con un mayor riesgo de pancreatitis, se incluyen los siguientes:

  • Tener sobrepeso u obesidad
  • Ser mayor de 40 años
  • Ser de origen hispano o nativo americano
  • Ser mujer
  • Haber tenido varios embarazos

¿Cuáles son los síntomas de la pancreatitis?

Los síntomas de la pancreatitis incluyen:

  • Dolor justo debajo de las costillas, que suele irradiarse alrededor del torso hacia la espalda en forma de cinturón. El dolor tiende a empeorar después de comer, porque la comida estimula la secreción de enzimas pancreáticas.
  • Náuseas y vómitos
  • Escalofríos y/o fiebre
  • Palpitaciones, que sugieren un ritmo cardíaco acelerado
  • Hinchazón abdominal

¿Cómo se diagnostica la pancreatitis?

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Los médicos pueden buscar ictericia, coloración amarillenta de los ojos y la piel, para diagnosticar la pancreatitis. (Crédito de la imagen: Daria Kulkova via Getty Images)

Los médicos evaluarán los síntomas y el historial médico del paciente, así como los signos de pancreatitis que puedan aparecer en la exploración física, como ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), taquicardia e hinchazón abdominal.

Los médicos solicitarán muestras de sangre para diversos análisis de laboratorio, como un panel metabólico completo (CMP), un hemograma completo (CBC) y, a menudo, pruebas de la función hepática. Los análisis de los niveles de las enzimas lipasa y amilasa, que son enzimas pancreáticas que pasan a la sangre cuando el páncreas está inflamado, proporcionan información especialmente importante. El hallazgo de que los niveles de lipasa y amilasa están elevados al menos tres veces por encima del límite superior del rango normal sugiere pancreatitis aguda. De estas dos enzimas, la lipasa es más específica que la amilasa para la pancreatitis, lo que significa que la amilasa suele estar elevada por causas distintas de la pancreatitis.

A menudo, estos niveles de enzimas no son tan elevados en los casos de pancreatitis crónica, porque los episodios de inflamación suelen ser más leves.

Los médicos pueden obtener un diagnóstico claro de pancreatitis aguda o crónica mediante pruebas de imagen especializadas que pueden utilizarse para revelar cambios en el páncreas indicativos de cada afección. Una de las pruebas se denomina colangiopancreatografía (CPRE (se abre en una nueva pestaña)), y la otra, colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM) (se abre en una nueva pestaña).

Además de su capacidad diagnóstica, la CPRE ofrece la ventaja de poder tratar algunas causas de pancreatitis, por ejemplo, extirpando un cálculo biliar. Sin embargo, la CPRE también tiene desventajas. Por ejemplo, puede provocar un episodio de pancreatitis aguda si el medio de contraste se inyecta inadvertidamente en el propio tejido pancreático, en lugar de en los conductos que se supone debe ayudar a visualizar.

Complicaciones de la pancreatitis

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La pancreatitis puede causar problemas digestivos y dolor abdominal que aparece y desaparece. (Crédito de la imagen: GoodLifeStudio via Getty Images)

Tanto la pancreatitis aguda como la crónica pueden causar problemas digestivos (se abre en pestaña nueva), como diarrea y una absorción inadecuada de los alimentos y de las vitaminas que se disuelven en la grasa. Esto significa que la pancreatitis puede provocar deficiencias nutricionales y pérdida de peso.

Dado que los episodios de pancreatitis aguda pueden desembocar en una pancreatitis crónica, ésta se consideraría una complicación de la afección aguda. Otras complicaciones de la pancreatitis aguda son las hemorragias en el páncreas, la insuficiencia renal y la infección que provoca necrosis pancreática, es decir, la muerte del tejido pancreático. Además, la infección y la necrosis del páncreas pueden provocar sepsis, una reacción inmunitaria de todo el organismo que pone en peligro la vida. En el embarazo, la pancreatitis aguda puede desencadenar un parto prematuro o causar potencialmente la muerte del feto.

Las complicaciones de la pancreatitis crónica pueden incluir dolor abdominal que aparece y desaparece; depresión y ansiedad (abre en nueva pestaña); y diabetes, debido a la destrucción de las células beta pancreáticas, que producen la hormona insulina. La pancreatitis crónica también está relacionada con un mayor riesgo de cáncer de páncreas (abre una pestaña nueva).

¿Cómo se trata la pancreatitis?

Al evaluar un caso de pancreatitis, los médicos tienen en cuenta la edad del paciente y los resultados de diversas pruebas de laboratorio, utilizando lo que los médicos denominan criterios de Ranson (se abre en una nueva pestaña).

Los criterios de Ranson generan una puntuación que se utiliza para determinar si la pancreatitis es leve o es probable que sea una pancreatitis aguda grave. Si es leve, sólo requeriría monitorización y medidas de apoyo, lo que significa que el paciente sería ingresado en el hospital e hidratado con líquidos intravenosos, sin permitirle ingerir alimentos.

En caso de pancreatitis aguda grave, el paciente debe ser ingresado en la unidad de cuidados intensivos, ya que puede haber complicaciones peligrosas, como hemorragia en el páncreas, infección, necrosis y sepsis.

La pancreatitis aguda con infección bacteriana requiere tratamiento con antibióticos, según las directrices de 2019 de la Revista Mundial de Cirugía de Emergencia (se abre en una nueva pestaña) para el manejo de la pancreatitis aguda grave. Otros tratamientos médicos potenciales incluyen enzimas digestivas suplementarias para reemplazar las enzimas que el páncreas no produce; analgésicos; o corticosteroides para la pancreatitis autoinmune.

Este artículo sólo tiene fines informativos y no pretende ofrecer consejos médicos.

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