Te enseñamos trucos para comer bien fuera de casa sin engordar por el camino.
Uno de los grandes placeres de la vida es comer fuera: reunirte con amigos, sentarte a la mesa, pedir esa cerveza que te convierte en un buen amante y esperar a que te pongan el plato por delante. No cocinar ni luego fregar, solo comer. ¡Qué maravilla! Pero hay un precio que tenéis que pagar, y no me refiero a la cuantía del plato en cuestión. Todos sabemos que comer demasiadas veces fuera conlleva, a veces, unos hábitos que no son saludables para nuestra línea. Te damos unos consejos para que puedas seguir saliendo fuera a comer y no te preocupes por esos kilos de más.
- Cómete una pieza de fruta antes de salir: así llegarás con menos hambre, menos ansiedad por comer y tendrás más tiempo para elegir bien tu tapa o plato. Parece una tontería pero es infalible. Acompaña la fruta con un par de vasos de agua.
- Modérate con el pan: siempre te sirven el pan antes del plato y, si vamos con hambre, siempre solemos picar pan antes de comer. La fruta de antes te ayudará a evitar ese pan de antes. Comer pan engorda, pero no si lo comes con moderación, recuerda esto.
- Pide la guarnición adecuada: si el pescado o la carne que pides trae patatas, pídela, en su lugar, con ensalada. Y sin aliñar, que tú tengas el poder con el aceite.
- Pídelo todo a la plancha: si pides carne, por ejemplo, pollo, pide que te lo pase por la plancha en lugar de cocinarlo con tanto aceite.
- Básico: usa el sentido el común. Estudia la carta y elige, siempre, entre lo que te apetezca, las opciones de menos aporte calórico, intentando evitar el postre fuera de casa, o eligiendo fruta en lugar de dulce.
¿Te han servido estos consejos para comer bien fuera de casa? Esperemos que sí.