Aunque no lo sepas, tú también has sufrido alguna vez “coma por comida”
Coma por comida o food coma, cuando nuestro cuerpo se queda sin fuerzas y no nos damos cuenta.
Food coma es el nombre que se le da en inglés a este estado de somnolencia y falta de energía por el que todos hemos pasado alguna vez sin darnos cuenta. O, mejor dicho, pensando que es algo normal.
Se llama food coma porque es la comida lo que lo provoca. O, más bien, la digestión. Seguro que te suena: quedas a comer con tus amigos en tu restaurante favorito. No quieres quedarte sin probar ninguno de los platos que más te gustan, incluyendo la hamburguesa más grande de la carta y, por supuesto, el postre. Cuando terminas, te arrepientes de no haber dejado ni una patata y solo de pensar el camino que te queda hasta tu casa te dan ganas de echarte a dormir sobre la mesa del restaurante.
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Esta sensación aparece cuando hemos comida tal cantidad de comida que nuestro cuerpo no puede digerirla con facilidad y necesita emplear más energía de la habitual, dejándonos sin fuerza ninguna y con una sensación de sueño que hace que no paremos de bostezar.
El food coma es provocado especialmente por los hidratos de carbono, un tipo de alimento con una alta carga glucémica. Estos alimentos, que suelen proceder de harinas refinadas y entre los que se incluye la pasta, la bollería o los alimentos procesados, causan una montaña rusa en nuestros niveles de glucosa en sangre, ya que son absorbidos rápidamente y elevan el nivel de glucosa en muy poco tiempo. Esto provoca una sensación de cansancio y debilidad que se conoce como estado hipoglucemiante.
Evitar el food coma es fundamental si no queremos acabar padeciendo diabetes. Para ello, nada mejor que basar nuestra comilonas en frutas y verduras frescas.
