Una incógnita por fin resuelta: por qué queremos fumar cuando bebemos alcohol.
Es algo que los fumadores sociales, entre los cuales me incluyo, nos llevamos preguntando mucho tiempo. ¿Por qué nos entran ganas de fumar justo cuando nos estamos tomando una cerveza o una copa? ¿Por qué no nos pasa lo mismo con un refresco o con un café? Ojo, estoy hablando del fumador social, ese que te dice que solo fuma cuando va con amigos y se bebe unas copas. Ya sabemos que el fumador empedernido no perdona el cigarrillo mientras se toma una taza de café. Algo que nos hemos preguntado siempre, ahora tiene respuesta. Uno de los efectos inmediatos de beber alcohol es, por lo tanto, fumar.
Según un estudio, como no, de la Universidad de Missouri la nicotina se relaciona con el alcohol en que éste produce somnolencia y la nicotina nos mantiene despiertos. Así, una persona que habitualmente fuma, es bastante probable que también beba alcohol habitualmente y al revés: si habitualmente bebe copas, seguramente tenga la necesidad imperiosa de llevarse un pitillo a la boca.
¿Te esperabas esta relación? Hasta ahora, pensábamos que, simplemente, tenías ganas de fumar porque lo relacionabas con el alcohol: como cuando terminas de comer y te enciendes un cigarro, o sales de trabajar y te enciendes un cigarro... Al final, muchas adicciones se crean por relación y por hábitos. Y no digo que en este caso no sea así, pero, al parecer, otros factores influyen.
Ahora que sabes por qué queremos fumar cuando bebemos alcohol... ¿Seguirás haciéndolo? Si quieres dejar de fumar, lo mejor es hacer deporte