Correr en ayunas: ¿Entrenamiento más eficaz o una locura?

CORRER EN AYUNAS

Te lo contamos todo sobre uno de los grandes mitos del entrenamiento de cara a hacerlo más intenso: Correr en ayunas, ¿entrenamiento más eficaz o una locura?

Bajo la premisa de que en ayunas el cuerpo va a consumir directamente nuestras reservas de grasa durante el entrenamiento para consumir la energía necesaria durante el ejercicio físico, son muchos los que se apuntan a ésta rutina de entrenamiento con el estómago vacío en busca de perder kilos de un modo casi milagroso. No se puede dudar de que se trata de un método de lo más efectivo, ya que entrenando en ayunas, nuestro organismo, que ya ha consumido casi al completo los hidratos de carbono almacenados en el hígado desde nuestra anterior comida, utilizará como combustible las grasas almacenadas. Explicado así parece de lo más lógico, sencillo y efectivo. ¿Dónde está la trampa?

Principalmente, en que nuestro organismo siempre va a preferir el consumo de hidratos de carbono como combustible primario con respecto a la energía que nos aportan los lípidos, con un consumo limitado que nos obligará a tomar una serie de preocupaciones si vamos a salir a correr con el estómago vacío, ya que bajo ningún concepto deberíamos de entrenar a altas intensidades ni durante mucho tiempo. Además, a diferencia de los hidratos de carbono, que son un combustible de quema rápida proporcionándonos energía casi instantánea para nuestros entrenamientos aeróbicos y de fuerza, el consumo de grasas en nuestro cuerpo forma parte de un proceso mucho más lento, lo que se traduce en que en ayunas, nuestro cuerpo será incapaz de generar energía de forma rápida y por lo tanto no podremos realizar grandes esfuerzos durante el entrenamiento. Si tu intención es correr de forma moderada y durante unos 20 minutos, en principio no debe de haber ningún tipo de problema, pero si quieres un entrenamiento más intenso con una carrera más prolongada y a gran velocidad, el correr en ayunas puede ser una locura y no está exento de riesgos:

El principal está en sufrir de hipoglucemia que genere desmayos, un desplome general a causa del agotamiento, pero además, la falta de combustible también puede provocar que nuestro organismo utilice las proteínas del músculo como fuente básica de energía causando "catabolismo muscular" o destrucción del músculo, con nuestro cuerpo alimentándose de nuestros propios tejidos, lo que te llevará a perder fuerza y masa muscular de un modo alarmante.

Por lo tanto, la clave, como siempre, está en la moderación, porque si bien correr en ayunas se presenta como un entrenamiento más eficaz, el sobreesfuerzo puede llegar a convertirlo en una locura poco recomendable y peligrosa.

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