Cómo (y por qué) los quesos parmesano, pecorino romano, gruyere y asiago pueden ayudar con los problemas digestivos

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El queso lo hace todo mejor, desde las ensaladas hasta los sándwiches y todo lo demás. Sin embargo, muchas personas con problemas digestivos, como el síndrome del intestino irritable (SII) o la intolerancia a la lactosa, tienden a evitar el queso por miedo a sufrir molestias estomacales. Pero no todos los quesos son iguales. Mucha gente no sabe que los distintos quesos se clasifican en blandos o duros.

Los quesos blandos, como la ricotta o la burrata, son cremosos y deliciosos, pero contienen grandes cantidades de lactosa, lo que puede provocar muchos síntomas digestivos molestos. En cambio, los quesos duros como el pecorino romano o el parmesano contienen muy poca lactosa, lo que facilita su digestión. Algunos quesos duros también contienen probióticos que pueden ayudar a mejorar la salud intestinal. A continuación, le explicaremos todo lo que necesita saber sobre el consumo de queso con problemas gastrointestinales y qué tipos de quesos pueden ser los mejores para su digestión.

title Quesos duros y curados frente a quesos blandos

No es necesario que evite por completo el queso si padece intolerancia a la lactosa u otros problemas gastrointestinales. Cada persona responderá de forma diferente al consumo de distintos tipos de queso, por lo que es posible que tengas que experimentar para averiguar qué quesos no te sientan mal al estómago. Lo primero que es importante entender es que la lactosa, también llamada azúcar de la leche, puede ser especialmente difícil de digerir para las personas con problemas digestivos. Las personas con intolerancia a la lactosa no tienen suficiente enzima lactasa en su organismo, necesaria para descomponer el azúcar de la leche.

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A diferencia de los quesos blandos, como la ricotta, que tienen grandes cantidades de lactosa, los quesos duros y curados suelen tener un menor contenido de lactosa. Durante el proceso de maduración, la lactosa se reduce, dejando en el queso sólo trazas de lactosa. Por esta razón, los quesos curados y duros suelen considerarse más fáciles de digerir.

title Quesos duros para problemas digestivos

Estos quesos duros son las mejores opciones para una digestión fácil e incluso contienen bacterias buenas que pueden ayudar a mejorar su salud intestinal. Para cualquier queso, es importante consumirlo con moderación para evitar que empeoren los síntomas.

Parmesano

El parmesano es un queso italiano duro de sabor intenso y ligeramente a nuez. Este queso complejo y curado se encuentra a menudo rallado o desmenuzado y es el complemento perfecto para casi cualquier plato, desde una ensalada César hasta un buen trozo de pizza. El queso parmesano debe madurarse durante al menos un año, lo que ayuda a eliminar su contenido en lactosa. Este tipo de queso no sólo es muy bajo en lactosa, sino que también contiene bacterias lactobacillus que pueden contribuir a una buena salud intestinal.

Cuando compre queso parmesano, fíjese en la calidad del producto para asegurarse de que está comprando 100% parmigiano-reggiano y no una mezcla de otros quesos o rellenos. Los rellenos utilizados en el queso rallado preenvasado, como la celulosa (pulpa de madera), pueden empeorar la salud digestiva.

Pecorino Romano

El pecorino romano es otro queso seco y duro similar al parmesano. Ambos quesos son curados y salados, y tan parecidos que a menudo se sustituyen en las recetas. Sin embargo, la diferencia entre estos dos quesos radica en el tipo de leche que se utiliza para elaborarlos. El pecorino romano es un queso elaborado con leche de oveja, mientras que el parmesano utiliza leche de vaca. El parmesano también se somete a un proceso de maduración más largo, lo que hace que su sabor sea un poco más a nuez.

Además, este queso casi no contiene lactosa, lo que lo convierte en una gran opción para las personas con intolerancia a la lactosa o problemas para digerir los productos lácteos. El pecorino romano también contiene cepas de bacterias saludables que pueden ayudar a mantener una microbiota sana.

Gruyère

El gruyère es un queso semiduro de leche de vaca con un ligero sabor a nuez. Aunque es similar al queso suizo normal, esta variedad de queso es un poco más fuerte, lo que lo convierte en una gran elección para ciertos platos como tartas, gratinados y quiches. Este queso se elaboró por primera vez en la ciudad suiza de Gruyère, de donde procede su nombre.

Dado que la lactosa de este queso se descompone durante el proceso de maduración, muchas personas con intolerancia a la lactosa encuentran que este queso es fácil de consumir. Y lo que es mejor, la bacteria natural Lactobacillus Helveticus que se encuentra en el queso Gruyère puede incluso ayudar a reducir la inflamación intestinal y mejorar los problemas digestivos.

Asiago

El queso Asiago es otro queso duro sin lactosa, similar al Parmesano o al Pecorino. Este tipo de queso tiene un sabor más picante y a nuez, lo que lo convierte en una gran opción para añadir a platos de pasta o sopas. El Asiago se empezó a producir en Italia y necesita al menos cinco meses para madurar a la perfección. Hay dos tipos de asiago: el asiago d'allevo y el asiago pressato. Ambos son parecidos, pero tienen sabores ligeramente distintos, ya que la variedad d'allevo requiere un proceso de maduración algo más largo. Las personas que siguen una dieta baja en FODMAP toleran mejor la variedad d'allevo.

title Quesos que favorecen la salud intestinal

Si ha estado evitando todos los quesos, pruebe a experimentar con pequeños trozos de quesos duros que contengan poca lactosa. Algunas personas descubren que estos quesos pueden añadirse a su dieta con moderación, de forma segura y cómoda. La flora intestinal y la salud de cada persona son completamente diferentes, lo que significa que no existe un enfoque único para el consumo de quesos con una afección digestiva. La prueba y el error pueden ayudarle a saber qué quesos son los mejores para usted.

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