La intensidad no es primordial para el entrenamiento físico

ENTRENAMIENTO DE RESISTENCIA

Se sabe que las personas que reciben tratamiento para el cáncer se sienten mejor con el entrenamiento físico. Pero, ¿hace alguna diferencia cuán vigorosamente hacen ejercicio? Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Uppsala muestra que ya sea que el entrenamiento sea intensivo o menos extenuante, su efecto es aproximadamente el mismo. Los resultados se publican en la revista Scandinavian Journal of Medicine and Science in Sports .

La actividad física y el entrenamiento durante la terapia contra el cáncer mejoran la salud física y mental, y también pueden reducir los efectos secundarios más comunes del tratamiento. Esto ha sido confirmado en varios estudios internacionales. Muchos pacientes sufren de fatiga relacionada con el cáncer, y se sabe que tanto el entrenamiento de resistencia como el de resistencia reducen la fatiga.

Por otro lado, aún no se ha aclarado si la intensidad del entrenamiento tiene alguna importancia. Tampoco se ha determinado si el apoyo adicional en forma de establecimiento de objetivos, planificación y autocontrol del ejercicio produce mejores resultados. Para responder a estas preguntas, se implementó un estudio aleatorio y controlado conocido como Phys-Can (entrenamiento físico y cáncer) en las universidades de Uppsala, Linköping y Lund.

Un total de 577 participantes de entre 30 y 84 años, recientemente diagnosticados con cáncer de mama, próstata o colorrectal, fueron asignados al azar para someterse a entrenamiento de resistencia y resistencia a una intensidad alta o baja a moderada. Además, la mitad fueron asignados al azar para recibir apoyo extra en su formación.

El entrenamiento de resistencia se brindó en grupos dirigidos por un instructor en el club para mantenerse en forma más grande de Suecia, mientras que el entrenamiento de resistencia se realizó en el hogar. El apoyo adicional brindado a la mitad de los participantes fue principalmente una cuestión de ayuda para planificar su entrenamiento de resistencia en el hogar y registrarlo en sus diarios. El período de formación duró seis meses.

Después de completar el entrenamiento, los dos grupos mostraron diferencias. El grupo que había realizado un entrenamiento de alta intensidad padecía algo menos de fatiga física. También tenían una fuerza superior en los músculos de las piernas y un estado físico ligeramente mejor que el grupo de intensidad baja a moderada. Con respecto al apoyo adicional brindado en el curso de la capacitación, no se encontraron diferencias entre los grupos en el seguimiento. En consecuencia, el apoyo adicional parece no haber tenido efecto, dado que los arreglos ya implicaban un gran apoyo: instrucciones de entrenamiento exhaustivas, un monitor de frecuencia cardíaca y entrenamiento grupal dirigido por un instructor con otros participantes en una situación similar, por ejemplo.

"Las conclusiones que sacamos del estudio son, en primer lugar, que no parece importar mucho si el entrenamiento es de intensidad alta o baja a media. Los resultados de los grupos no difirieron de una manera clínicamente relevante, que es decir, no había ninguna diferencia que pudiera marcar una diferencia en la vida cotidiana de los pacientes", dice Ingrid Demmelmaier, profesora asociada de fisioterapia en la Universidad de Uppsala.

 

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