¿Es saludable crujir los dedos?

PUEDE IRRITAR A LOS DEMÁS

¿Es saludable crujir los dedos?

Morderse las uñas, meter bastoncillos (o los dedos) en las orejas, hurgar la nariz… son muchísimos los “vicios” feos que tenemos nosotros, los simples mortales. Algunos no son tan peligrosos (y olorosos) como fumar un paquete al día, pero tampoco tenemos muy claro si, en realidad, nos están haciendo daño. Como crujir voluntariamente nuestras articulaciones.

Sea cual sea tu estilo de crujido, el sonido se produce de la misma manera: el espacio entre las articulaciones se agranda y hace que los gases disueltos en el líquido sinovial (fluido viscoso y transparente que se encuentra en las articulaciones y de la consistencia de la clara de huevo) formen burbujas microscópicas. Esas burbujas se unen para formar unas más grandes que se estallan cuando entra más fluido en el espacio abierto.

Cuando los nudillos crujen, no se puede repetir hasta que pasen unos 15 minutos. Eso le da a la articulación tiempo de volver a su tamaño normal y de que más gases se disuelvan en el líquido.

La polémica y la diferencia de opiniones al respecto de si es conveniente o no esta maniobra, está a la orden del día.

Uno de los estudios más sonados al respecto lo realizó el doctor Donald Unger, (premio Nobel), que se hacía crujir los dedos de su mano izquierda al menos dos veces al día, pero nunca los de la derecha. ¿Conclusiones? Ni rastro de artritis en ninguna de sus manos.

Por otro lado tenemos, según advierten los colegios de fisioterapeutas de Catalunya, Madrid, País Vasco, Navarra y Galicia, que esta costumbre puede convertirse en una obsesión, y alertan: "Si este chasquido lo provocamos nosotros mismos, es que estamos movilizando la articulación más de lo que deberíamos y generamos un desequilibrio. Al fomentar ese desequilibrio, cada vez nos parecerá que necesitamos crujirnos más y, aunque a corto plazo podamos notar una cierta liberación, a la larga este comportamiento generará una serie de problemas en la articulación”.

Como veis, no parece fácil decantarse por ninguna de las dos corrientes, pero sospechamos que puede haber parte de razón en ambas, aunque la de “no te crujas los dedos que de mayor tendrás problemas” suena un poco a reprimenda de nuestros abuelos. Pero recuerda: es un hábito que puede no gustar e incluso irritar a los que te rodean.

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