Despelotarse es felicidad, reposo, descanso y mimar tu cuerpo. Te explicamos por qué desnudarse es tan beneficioso para la salud mental.
El nudismo arrasa en todo el mundo. Es una realidad. Y una nueva forma de vida. Cada año más de 20 millones de personas se desplazan por Europa en busca de las mejores playas para practicar el turismo naturista, algo que los que han probado, tienen muy claro por qué:
“Inicialmente, muchos se atreven por curiosidad. Y una vez que lo prueban, la mayoría decide no ponerse el bañador nunca más por esa sensación de libertad, de sentir el agua y el aire en todo tu cuerpo, estar en comunión con la naturaleza” tal y como dice en una entrevista Ismael Rodrigo, todo un experto en la materia al ser presidente de la Federación Española de Naturismo.
Una forma de vida que desde luego parece de lo más atractiva, ¿pero qué tiene de beneficioso para la salud? Pues mucho, y a todos los níveles. Para empezar, ayuda a liberar el estrés gracias a la sensación de libertad y de estar en sintonía con la naturaleza. Una especie de vuelta a los orígenes cuando no había ropa, ni madrugar para trabajar, ni el ruido de la ciudad. Sí, unos efectos psicológicos tan positivos y similares a los de vivir como si fueses una cabra, pero sin incómodas prótesis, que en estos momentos estamos lanzando toda nuestra ropa por el balcón.
Pero sin duda, lo más beneficioso,es la definitiva aceptación de nuestro cuerpo para dejar de lado los complejos de una vez por todas. Acostumbrarte a tu cuerpo significa mejorar la autoestima y evitar a largo plazo conductas que pueden coinducir a serios transtornos alimenticios. Las playas nudistas se comportan como el mejor de los psicólogos al enseñarlos que la auténtica perfección consiste en aprender a respetarnos y a estar a gusto con nosotros mismos. Y además, sin ropa no hay necesidad de utilizar lavadoras ni secadoras y evitaréis los sablazos de las facturas. Eso sí que es beneficioso para la salud mental. Así que venga, ¡todo el mundo a desnudarse!