Rodrigo Bravo: trabajando en la intersección entre el cambio climático y la medicina
Este ganador de la beca Healthline Stronger 2022 cree que la medicina integrativa revolucionará la comprensión convencional de la salud y la enfermedad.
Desde muy joven, Rodrigo Bravo se ha sentido frustrado por las limitaciones de la medicina occidental. Vive con el síndrome nefrótico, un tipo de trastorno renal.
Los médicos le dijeron a Bravo a los 10 años que sus riñones podrían no funcionar nunca correctamente y que su vida podría acortarse como consecuencia de esta enfermedad.
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Sin embargo, no pudieron decirle cuál era la causa de la enfermedad. Algunos médicos sospecharon que había un factor ambiental (como una toxina) implicado, aunque el culpable exacto sigue siendo un misterio.
Con el tiempo, Bravo se recuperó espontáneamente de la enfermedad, pero la experiencia se le quedó grabada.
Se dio cuenta de que la medicina occidental tenía que empezar a tener en cuenta otros aspectos de la vida de una persona -como su nutrición, el estrés, el entorno e incluso los traumas subconscientes- para entender mejor la enfermedad y encontrar nuevas formas de promover la curación.
Ahora, como defensora de la salud pública y médico en formación, Bravo espera adquirir un conocimiento aún más profundo de la medicina integral. El objetivo: ayudar a la gente a gestionar mejor los efectos del cambio climático sobre la salud.
Este joven de 28 años comenzará su primer año de estudios de posgrado en la Universidad de Yale este otoño. Tiene previsto poner en marcha una consultoría para ayudar a los centros sanitarios a crear programas de medicina integral, y algún día dirigir sus propias clínicas.
"Soy un ejemplo de la curación radical que puede producirse como resultado de la unidad mente-cuerpo, y estoy muy ilusionado por llevar esto a todo el mundo", dijo.
Le preguntamos a Bravo sobre sus estudios, sus objetivos y sus obstáculos. Esto es lo que tiene que decir.
Esta entrevista ha sido editada por razones de brevedad, longitud y claridad.
¿Qué le impulsó a dedicarse a la medicina integral?
Mi pasión de toda la vida por ayudar a los demás a sanar se inspiró en las enfermedades que padecí en mis primeros años de vida.
A lo largo de mi infancia y hasta mediados de mis 20 años, sufrí una serie de enfermedades raras y crónicas que la medicina occidental no pudo resolver.
A los 10 años, me dijeron que mis riñones podrían no funcionar nunca correctamente y que mi esperanza de vida probablemente se reduciría.
No fue hasta que me interesé por la medicina integral y holística que encontré soluciones que cambiaron mi vida para mi propia salud. Rápidamente empecé a preguntarme cómo podíamos mejorar el sistema sanitario para otras personas en una situación similar.
Crecí con un modelo de medicina occidental que no tenía en cuenta el papel de aspectos como la nutrición, el estilo de vida, el estrés y el medio ambiente, que pueden afectar a las enfermedades y al bienestar general.
Tampoco tenía en cuenta el trauma subconsciente, la salud espiritual y la conexión mente-cuerpo, que me parecían fundamentales. Estos elementos son el pan de cada día en el campo de la medicina integral, que evoluciona rápidamente.
Mi objetivo es ayudar a que el modelo de medicina alopática (u occidental) incorpore mejor estos aspectos de la salud y el bienestar en la atención al paciente.
¿Qué trabajos ha realizado y cuáles son sus objetivos para el futuro?
Durante y después de mi estancia en Harvard, dirigí una aceleradora de marketing llamada BAST Marketing Lab, que ayudaba a las nuevas empresas centradas en el bien social y planetario. Más tarde renació como Bee Positive, una aceleradora de iniciativas de medicina integral.
Estaba en pleno proceso de llevar el reiki y la medicina de biocampo (un tipo de medicina complementaria y alternativa) al mayor hospital de Asuntos de Veteranos de Georgia cuando llegó el COVID-19, que desgraciadamente dejó el proyecto en un segundo plano.
Mientras tanto, empecé a estudiar medicina y comencé a explorar la neurotecnología, la neurorretroalimentación y la medicina mental y corporal facilitada por la tecnología. Ayudé a poner en marcha Supermind, una start-up centrada en la salud mental. Utiliza la neurotecnología para tratar los problemas psicológicos mediante el entrenamiento de las ondas cerebrales.
En el futuro, tengo previsto lanzar Bravo Conscious Health, una consultoría para ayudar a los centros sanitarios a ampliar sus programas y clínicas de medicina integral.
También estrenaré mis propias clínicas sostenibles que ofrecerán terapias basadas en la ciencia de la psiconeuroinmunología. Eso es el estudio de cómo los pensamientos, las creencias y las emociones afectan al funcionamiento de los sistemas nervioso e inmunitario.
¿Qué obstáculos crees que vas a encontrar mientras avanzas hacia tus objetivos?
Una nueva era de medicina consciente está tratando de surgir en los Estados Unidos a medida que nos ponemos al día con las culturas más antiguas que han comprendido y aplicado el poder de la conexión mente-cuerpo y la psicología transpersonal durante miles de años.
Trata de revolucionar la comprensión general de la salud y la enfermedad. También viene con una agenda para resolver las injusticias sociales y planetarias.
Conceptos como la salud espiritual, la salud emocional y el cambio climático son fundamentales para entender la salud de un individuo. Pero a menudo se han dejado de lado en las conversaciones que la gente mantiene con sus médicos y su equipo sanitario.
Para inspirar la próxima era de la medicina, tendremos que educar a la gente sobre lo que significa incluir el bienestar planetario, transpersonal y emocional en la asistencia sanitaria. También tendremos que influir en las decisiones políticas e incorporar estas ideas a la asistencia sanitaria moderna.
Superar estos obstáculos exigirá una comprensión más profunda de los problemas actuales. También necesitaremos la cooperación de los agentes del cambio y de los líderes que quieren ver la evolución de la medicina alopática.
¿Por qué es importante para usted la conexión entre el cambio climático y la salud?
Me interesa la salud mundial desde que era joven y vivía con el síndrome nefrótico, una enfermedad poco conocida que afecta a los riñones.
Nadie sabe exactamente qué causó mi enfermedad ni por qué me recuperé espontáneamente. Sin embargo, los médicos han considerado la posibilidad de una conexión con algo del entorno, como una toxina, una enfermedad infecciosa agravada por el clima o la exposición a la radiación mientras mi madre estaba embarazada de mí en Bolivia.
Sin embargo, mi final feliz no es común, especialmente entre quienes viven en lugares con acceso limitado a alimentos nutritivos y agua potable.
Ahora, como defensor de la salud pública y médico en formación en uno de los lugares más castigados por el sol de Estados Unidos, ya he observado los efectos del cambio climático en la comunidad. Veo más casos de afecciones asociadas al calor, como la insolación y la deshidratación.
Es importante señalar que el clima cambiante también puede afectar a la salud mental. Mi trabajo en Supermind consiste en utilizar la neurotecnología para favorecer el bienestar mental.
Mientras nos preparamos para un futuro en el que las enfermedades mentales se verán exacerbadas por las condiciones meteorológicas extremas y las catástrofes naturales, me siento impulsado a seguir trabajando en la intersección entre el cambio climático y la medicina.
¿Qué mensaje le gustaría enviar a las personas que ya han experimentado problemas de salud debido al cambio climático?
Nuestros cuerpos reflejan lo que ocurre en nuestro interior, así como en nuestro entorno. Los que ya están experimentando los efectos del cambio climático sobre la salud son fundamentales para ayudarnos a corregir el rumbo.
Son la prueba de que nuestros actuales términos de compromiso con la Madre Tierra no están funcionando, y necesitamos un cambio en la ciencia y la política.
Yo animaría a la gente a escribir a sus funcionarios electos y legisladores sobre sus preocupaciones políticas y pedirles que den prioridad a la salud medioambiental. También podrían incluir cartas de sus médicos explicando la relación entre sus dolencias y el cambio climático.
Compartir historias personales en las redes sociales también puede ser una forma poderosa de apoyar el activismo medioambiental. También puedes encontrar otras oportunidades para involucrarte a través de grupos de defensa.
Por último, animo a los ciudadanos a votar cada vez que puedan y a instar a sus familiares y amigos a que voten en favor de la salud planetaria y medioambiental.
