¿Qué aspecto tiene el cáncer de huesos en una radiografía?

A menudo, los médicos pueden detectar el cáncer de hueso por la aparición de zonas irregulares o huecas en una radiografía. Aunque las radiografías suelen ser una primera prueba fiable, el médico normalmente necesitará una biopsia ósea para confirmar el diagnóstico.

Una radiografía utiliza radiación para producir imágenes del interior de su cuerpo. Suele ser la primera prueba que solicita un médico o profesional sanitario si sospecha que puede tener cáncer de huesos.

Los huesos suelen tener un aspecto sólido en una radiografía, pero un tumor óseo puede tener un aspecto irregular. También podría parecer un agujero en el hueso.

El cáncer de huesos es poco frecuente. Si tienes síntomas como dolor óseo, el médico puede pedirte una radiografía para buscar cáncer y otras posibles causas.

Después de una radiografía, la única forma de estar seguro de que tiene cáncer de hueso es tomar una pequeña muestra (biopsia) del hueso y enviarla a un laboratorio para que la analicen.

Indicios precoces de cáncer de huesos

No existen pruebas de cribado para el cáncer de huesos, pero la mayoría de los cánceres de huesos se encuentran en una fase temprana en el momento del diagnóstico. Esto se debe a que los primeros indicios suelen incitar a acudir al médico.

Los primeros síntomas incluyen:

  • dolor óseo
  • entumecimiento
  • hinchazón anormal
  • bultos

Estos síntomas no siempre significan que tenga cáncer de huesos. Pueden deberse a muchas otras afecciones, como lesiones, infecciones o artritis.

¿Puede una radiografía detectar el cáncer de hueso?

Mediante una radiografía, el médico puede detectar si hay un tumor en el hueso o a su alrededor. Este tumor puede ser benigno (no canceroso) o maligno (canceroso).

Los médicos pueden detectar cánceres óseos primarios y secundarios en una radiografía. Los cánceres óseos primarios son los que se originan en el hueso. Los cánceres óseos secundarios se originan en otra parte del cuerpo y se extienden al hueso.

A veces, un radiólogo puede saber si un tumor es maligno por la forma en que aparece en la radiografía. Pero sólo una biopsia puede asegurarlo.

En un pequeño estudio de 2019, las radiografías pudieron ayudar a los médicos a identificar correctamente el cáncer de huesos en el 86,7% de las personas. También descartaron correctamente el cáncer de huesos en el 93,3% de las personas.

¿Cómo aparece el cáncer de hueso en una radiografía?

El hueso sano aparece sólido en una radiografía. En general, los cánceres óseos aparecen en una radiografía como zonas rugosas o irregulares del hueso.

El tipo más frecuente de cáncer óseo primario es el osteosarcoma. Según la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos, las imágenes radiográficas de los osteosarcomas pueden parecerse a la formación de hueso nuevo en un patrón de "rayos de sol" o a una lesión blanca parecida a una nube.

Las radiografías también pueden mostrar mieloma múltiple, un cáncer de médula ósea. El mieloma múltiple puede aparecer como zonas perforadas en el hueso.

¿Dónde suele aparecer primero el cáncer de huesos?

El cáncer de huesos puede aparecer en cualquier hueso del cuerpo. Suele empezar en los huesos largos de las piernas o los brazos, como la espinilla o la parte superior del brazo, o en la pelvis.

El cáncer que se origina en los huesos no es frecuente. Es más frecuente que el cáncer se origine en otra zona del cuerpo, como la próstata o los pulmones, y luego se extienda a los huesos.

¿Qué otras pruebas pueden detectar el cáncer de huesos?

Si las radiografías sugieren la presencia de un cáncer de hueso, es probable que el médico realice otras pruebas para confirmar el diagnóstico y determinar la extensión del cáncer.

Estas pruebas también pueden ayudar al médico a conocer el estadio de su cáncer y la mejor forma de tratarlo.

Resonancia magnética

La resonancia magnética (RM) utiliza campos magnéticos y ondas de radio para obtener imágenes detalladas de los huesos, la médula y los tejidos que los rodean.

Con una resonancia magnética, el médico tendrá una idea más clara del tamaño y la extensión de los tumores.

Tomografía

computarizada

La tomografía computarizada (TC) reúne una serie de imágenes de rayos X mediante un ordenador para mostrar una imagen tridimensional (3D) de su cuerpo. La TC puede ayudar al médico a ver si el cáncer se ha extendido a otros órganos, como los pulmones.

Gammagrafía ósea

Una gammagrafía ósea proporciona información más detallada sobre el interior de sus huesos en comparación con una radiografía.

Un profesional sanitario le inyectará una pequeña cantidad de material radiactivo en las venas. Cualquier zona ósea anormal absorberá el material radiactivo más rápidamente que el hueso sano. Estas zonas aparecerán más brillantes durante la exploración.

TEP

La tomografía por emisión de positrones (TEP) es otra prueba que puede ayudar al médico a ver si el cáncer se ha extendido a otras partes del cuerpo. Al igual que la gammagrafía ósea, utiliza una sustancia radiactiva que se inyecta en la sangre. Las células cancerosas absorben cantidades mayores de la sustancia, por lo que son más visibles durante la exploración.

Biopsia

Una biopsia puede ayudar a confirmar un diagnóstico de cáncer de hueso. Un médico utiliza una aguja fina para tomar una pequeña muestra de su hueso que envía a un laboratorio para su análisis.

Análisis de sangre

Los médicos no suelen utilizar análisis de sangre para diagnosticar el cáncer de huesos. Pero pueden solicitar recuentos de células sanguíneas y análisis bioquímicos de la sangre para conocer su estado de salud general.

¿Cuál es la mejor prueba para detectar el cáncer de huesos?

Una radiografía puede ser la primera prueba que utilice un médico para detectar un cáncer de huesos. Pero la prueba más definitiva para confirmar el cáncer de hueso es una biopsia.

Si los resultados de una biopsia con aguja no son concluyentes, es posible que el médico deba realizar una biopsia abierta. Durante una biopsia abierta, el cirujano realiza un corte en el hueso para extraer una muestra de tejido.

¿Qué puedo esperar tras un diagnóstico de cáncer de huesos?

Tras recibir un diagnóstico de cáncer de hueso, el médico puede remitirle a un especialista con experiencia en el tratamiento de cánceres óseos. El especialista puede asignar a su tumor un grado, que es una medida de la probabilidad de que crezca y se extienda. Esto les ayudará a decidir un plan de tratamiento.

Su plan de tratamiento dependerá del grado, localización y tamaño de su tumor, así como de su estado general de salud. Las opciones de tratamiento pueden incluir:

  • quimioterapia
  • inmunoterapia
  • cirugía
  • radioterapia
  • medicamentos para prevenir la pérdida ósea

Para llevar

Las radiografías son una de las muchas pruebas que ayudan a diagnosticar el cáncer de huesos. Considere la posibilidad de concertar una cita para ver a un médico si lo nota:

  • dolor óseo intenso
  • dolor óseo que no desaparece
  • Hinchazón, enrojecimiento o bultos cerca del hueso.

Una radiografía suele detectar el cáncer de hueso, pero es probable que el médico solicite una biopsia para confirmar el diagnóstico.

Si le diagnostican cáncer de huesos, hay recursos disponibles para apoyarle antes, durante y después del tratamiento. Pida a su médico que le derive a un grupo de apoyo local o intente ponerse en contacto con organizaciones como la Sociedad Americana contra el Cáncer.

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