Por qué la hora de Ricky Rubio ha llegado

RICKY RUBIO ARRASANDO

Líder en su equipo, con más confianza y fluidez en su juego que nunca y capaz de merendarse a Kobe Bryant. Te explicamos por qué la hora de Ricky Rubio ha llegado. Sed testigos.

Un partido épico, igualadísimo y resuelto al final y sobre la bocina, como en las grandes citas, con un claro protagonista que parece haber potenciado todas sus virtudes para convertirse de una vez por todas en una de las grandes revelaciones. Porque en la ajustadísima victoria de Minnesota frente a los Lakers, hay un claro protagonista: Ricky Rubio. Con sus 28 puntos y 14 asistencias, ensombreció a Kobe Bryant y él solito aplastó a sus Lakers. Per no sólo de números vive el baloncesto, ya que de su brillante actuación cabe destacar que al fin el base parece haber encontrado la confianza y el descaro suficiente como para desplegar su mejor juego en el gran reino del mejor baloncesto del mundo. Con una fluidez y una tranquilidad fruto de lo más grandes, Ricky demostró una confianza inquebrantable en su muñeca tirando desde la zona una y otra vez y atreviéndose también desde la línea de tres para destrozar el aro de los angelinos, a la vez que organizaba el juego de los Timberwolves con cada contragolpe pasando por sus manos como el mejor director de orquesta posible.

Más participativo que nunca, y al fin asumiendo el rol de líder para conseguir remontar hasta 16 puntos y controlar un partido que se les podía haber escapado de las manos en el último suspiro. Al final, victoria por la mínima (111-112) y un Ricky Rubio estratosférico que ha completado su mejor partido en la NBA y que si mantiene el nivel de ayer va a ser una de las grandes revelaciones de la temporada. Un extra de motivación con la dedicatoria de su victoria a Flip Saunders, el entrandor de los Timberwolves fallecido este sábado a causa de un linfoma, y el hombre que confió en él desde el primer momento a pesar de las dudas que un jugador de sus características presentaba para adaptarse a la NBA. A base de minutos, duro entrenamiento, y de convertirse en casi un padre para él y su gran tutor para potenciar sus habilidades, es probable que Saunders haya visto desde la "grada más alta" como su pupilo machacaba a Kobe Bryant y se echaba a su equipo a las espaldas mientras lo comentaba con Moses Malone: "Cómo juega mi chaval, ¿eh?" "Sí, grandísimo base". Es la hora de Ricky Rubio. El mejor base ha llegado a la ciudad.

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