Los corazones "reanimados" pueden trasplantarse con éxito y podrían ampliar la reserva de donantes

Los corazones

Un método para "reanimar" los corazones de donantes de órganos funciona igual de bien que el método estándar de obtención de corazones para trasplantes, según demuestran los datos de un nuevo ensayo. Si se aplica de forma generalizada, el método podría aumentar la reserva de donantes de corazón en un 30%.

"Sinceramente, si pudiéramos chasquear los dedos y conseguir que la gente usara esto, creo que probablemente subiría incluso más que eso", dijo a The Associated Press el doctor Jacob Schroder, cirujano de trasplantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke que dirigió el ensayo. "Esto realmente debería ser el estándar de atención".

La mayoría de los corazones trasplantados proceden de donantes con muerte encefálica, es decir, que han fallecido por pérdida total de actividad cerebral, en lugar de por muerte circulatoria, en la que el corazón deja de latir. Un paciente con muerte cerebral puede ser declarado muerto antes de que su corazón deje de latir, lo que permite a los médicos extraer el corazón cuando aún está perfundido con sangre rica en oxígeno y, por tanto, no está dañado por la falta de oxígeno. A continuación, el corazón se lava con una solución conservante, se coloca en una nevera llena de hielo y se entrega rápidamente a su receptor.

En los recientes resultados del ensayo, publicados el jueves (8 de junio) en The New England Journal of Medicine, los médicos compararon las tasas de supervivencia de los receptores de trasplantes que recibieron corazones de donantes con muerte cerebral con las tasas de supervivencia de los que recibieron corazones de donantes que habían fallecido por muerte circulatoria. En el análisis primario se incluyó a un total de 166 pacientes estadounidenses con trasplante de corazón: 86 en el grupo de muerte cerebral y 80 en el de muerte circulatoria.

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Seis meses después de la operación, el grupo de muerte cerebral tenía una tasa de supervivencia del 90% y el de muerte circulatoria del 94%, lo que sugiere que la donación tras muerte circulatoria, o DCD, es un enfoque igualmente viable para los trasplantes de corazón.

La DCD es posible gracias a la "perfusión extracorpórea con máquina", que consiste en conectar el órgano del donante a una máquina que bombea sangre y nutrientes a través de sus tejidos. El nuevo ensayo probó un sistema de perfusión llamado Organ Care System Heart, fabricado por TransMedics, financiador del ensayo. El sistema calienta la sangre que bombea a través de los corazones de los donantes, a diferencia de otros sistemas de perfusión, que requieren enfriar el órgano como parte del proceso de conservación.

Aunque los dos grupos presentaban tasas de supervivencia similares a los seis meses, en comparación con el grupo de trasplante cardiaco tradicional, el grupo de DCD presentaba tasas ligeramente superiores de disfunción primaria del injerto de moderada a grave, en la que uno o ambos ventrículos del corazón muestran una disfunción peligrosa en las 24 horas siguientes a la intervención quirúrgica de trasplante. Sin embargo, ninguno de los pacientes del grupo de DCD sufrió un fallo primario del injerto que diera lugar a un retrasplante, mientras que dos personas del grupo de trasplante tradicional sí lo sufrieron.

En general, la tasa de acontecimientos adversos graves fue muy baja y similar en ambos grupos, según se evaluó hasta los 30 días postoperatorios.

El nuevo ensayo, en el que participaron varios centros médicos, se basa en pruebas anteriores a favor de la DCD, que se basaban principalmente en casos aislados y pequeños ensayos realizados en centros únicos de Australia y el Reino Unido, según escribieron los autores del ensayo.

Históricamente, sin embargo, un gran obstáculo para usar sistemas de perfusión en corazones y otros órganos donados es el costo. En 2019, el Dr. Brian Lima, director de trasplantes cardíacos en el Sandra Atlas Bass Heart Hospital de Manhasset, Nueva York, dijo a Live Science que pocos estudios habían comparado la perfusión con el almacenamiento en frío estándar, por lo que no existían "datos impactantes" que pudieran convencer a los hospitales de hacer el costoso cambio a nivel nacional.

Sin embargo, en aquel momento, los médicos del Centro Médico de la Universidad de Duke acababan de realizar el primer trasplante de corazón en un adulto con un órgano "reanimado". A raíz de este hito, Lima sugirió que la perfusión podría convertirse pronto en la norma asistencial.

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