Comprender la crisis blástica en la leucemia mieloide crónica (LMC)

La crisis blástica es la tercera fase de la leucemia mieloide crónica (LMC) y la más difícil de tratar. Los nuevos tipos de terapia dirigida han mejorado el tratamiento y las perspectivas de las personas en todas las fases de la LMC.

La leucemia mieloide crónica (LMC) es un tipo de cáncer de la sangre que constituye aproximadamente el 15% de las leucemias. Es un cáncer de crecimiento lento que se inicia en las células de la médula ósea que se convierten:

  • ciertos tipos de glóbulos blancos
  • glóbulos rojos
  • plaquetas

La LMC hace que el organismo produzca demasiadas células sanguíneas anormales e inmaduras, denominadas blastos. Estas células anormales pueden desplazar la producción de células sanguíneas sanas.

Los médicos no estadifican la LMC como la mayoría de los tipos de cáncer, sino que la dividen en tres fases en función del número de células anormales que produzca el organismo:

  • la fase crónica
  • la fase acelerada
  • crisis blástica

La crisis blástica es la tercera fase de la LMC y la más difícil de tratar. Los avances recientes en un tipo de terapia dirigida denominada inhibidores de la tirosina han mejorado mucho las perspectivas de las personas con LMC en general y han mejorado moderadamente las perspectivas de las personas en crisis blástica.

Siga leyendo para saber más sobre la crisis blástica en la LMC, incluyendo cómo se define, sus síntomas y cómo se trata.

Disease progression in chronic myeloid leukemia (CML)

¿Qué es la crisis blástica en la LMC?

La crisis blástica es la tercera fase de la LMC. Todas las personas no tratadas acaban pasando a la fase blástica, aunque no necesariamente en un orden uniforme. Los médicos determinan principalmente en qué fase se encuentra su LMC en función del número de blastos en la médula ósea y la sangre.

La LMC tiende a desarrollarse lentamente. No se estadifica como la mayoría de los tipos de cáncer. Los médicos la dividen en tres fases.

Fase crónica

La mayoría de las personas con LMC reciben un diagnóstico en la fase crónica. Las personas en esta fase no suelen experimentar síntomas o experimentan síntomas muy leves. Sin tratamiento, la fase crónica de la LMC evoluciona a la fase acelerada en un plazo aproximado de 3 a 5 años. Algunas personas pasan directamente a la crisis blástica.

Las personas en fase crónica tienen menos de un 10% de blastos en sus muestras de sangre y médula ósea.

Fase acelerada

La fase acelerada suele durar entre 3 y 9 meses.

Las personas se encuentran en la fase acelerada si tienen más de un 15% de blastos en sus muestras de sangre y médula ósea. Las personas en esta fase pueden empezar a desarrollar síntomas generales como:

  • fiebre
  • falta de apetito
  • pérdida de peso

Alrededor del 4 al 5% de las personas con LMC reciben un diagnóstico cuando se encuentran en la fase acelerada.

Crisis

blástica

La crisis blástica es la tercera fase y la más difícil de tratar. En esta fase, el cáncer empieza a actuar como un tipo de leucemia más agresiva denominada leucemia mieloide aguda (LMA). Alrededor del 1 al 2% de las personas reciben un diagnóstico de LMC en crisis blástica.

Se considera que está en crisis blástica si sus muestras de sangre y médula ósea contienen más del 20% o el 30% de blastos, según el sistema de clasificación que se utilice. La Organización Mundial de la Salud utiliza el 20% como límite.

Los síntomas suelen ser más graves que en las fases anteriores, y la leucemia puede extenderse a otros órganos como:

  • ganglios linfáticos
  • huesos
  • piel
  • testículos
  • sistema nervioso
LMA

y

LMC en crisis blástica

La LMA es un tipo de leucemia más agresiva. La LMC en crisis blástica puede actuar como la LMA, pero identificar qué leucemia se padece es importante para decidir las mejores opciones de tratamiento.

Los médicos pueden diferenciarlas identificando una determinada mutación genética denominada cromosoma Filadelfia que está presente en casi todas las personas con LMC, pero es poco frecuente entre las personas con LMA.

Más información sobre AML.

¿Cuáles son los síntomas o indicadores de la crisis blástica en la LMC?

La crisis blástica puede causar síntomas como

  • anemia, que puede causar
    • fatiga
    • debilidad
    • palidez
    • mareos
    • aturdimiento
  • infecciones frecuentes
  • fiebre
  • sensibilidad en el abdomen
  • dificultad para respirar
  • dolor abdominal
  • hemorragias o hematomas anormales
  • falta de apetito
  • pérdida de peso involuntaria
  • dolor óseo

Los análisis de sangre y de otro tipo pueden revelar signos como los siguientes

  • recuento elevado de glóbulos blancos
  • recuento de plaquetas muy alto o muy bajo
  • células blásticas que se han extendido a otros órganos
  • nuevas anomalías cromosómicas en las células cancerosas

¿Cómo se trata la crisis blástica en la LMC?

A la hora de decidir cómo tratar la LMC en crisis blástica, los médicos tienen en cuenta factores como:

  • si su cáncer ha reaparecido después del tratamiento
  • si tiene niveles elevados de células mieloides anormales o de células mieloides y linfoides anormales
  • a qué inhibidores de la tirosina quinasa ha estado expuesto
  • si tiene una mutación del gen BCR-ABL1
  • si es candidato a quimioterapia intensiva y trasplante de células madre

Según el Instituto Nacional del Cáncer, el tratamiento de la crisis blástica en la LMC puede incluir:

  • terapia dirigida con un inhibidor de la tirosina quinasa
  • altas dosis de quimioterapia
  • trasplante de células madre
  • quimioterapia para aliviar los síntomas o mejorar la calidad de vida
  • ensayo clínico de un nuevo tratamiento
Los inhibidores de la tirosina

cinasa mejoran el tratamiento y las perspectivas

El desarrollo de los inhibidores de la tirosina cinasa ha revolucionado el tratamiento en los últimos 20 años. Estos medicamentos se toman en forma de pastillas. Las sustancias químicas de estos fármacos se dirigen específicamente a las células cancerosas al tiempo que minimizan el daño a las células sanas. Pueden administrarse solos o junto con la quimioterapia tradicional.

Los inhibidores de la tirosina cinasa que puede recibir incluyen:

  • imatinib (Gleevec)
  • dasatinib (Sprycel)
  • bosutinib (Bosulif)
  • ponatinib (Iclusig)

Más información sobre las opciones de tratamiento de la LMC por fases.

¿Cuál es el pronóstico para alguien que ha progresado a la fase de crisis blástica en la LMC?

La tasa global de supervivencia a 5 años de la LMC ha pasado del 33% a más del 90% desde el desarrollo de los inhibidores de la tirosina cinasa, y la tasa de supervivencia a 10 años ha pasado del 11% al 84%.

Las personas en la fase de crisis blástica de la LMC tienen peores perspectivas que las personas en fases anteriores. En un estudio de 2019, los investigadores descubrieron que la mediana del tiempo de supervivencia de las personas en crisis blástica era de 1,8 años, frente a los 6 años de las personas en la fase acelerada de la LMC.

Los investigadores siguen estudiando la mejor manera de tratar la LMC avanzada, y es probable que la tasa de supervivencia siga aumentando en el futuro.

Para llevar

La crisis blástica es la fase final de la LMC. Un médico puede diagnosticar una crisis blástica si tienes más de un 20% o 30% de células anormales en la médula ósea y en muestras de sangre.

Un tipo de terapia dirigida llamada ha mejorado drásticamente las perspectivas de las personas con LMC. Los inhibidores de la tirosina cinasa suelen administrarse solos o combinados con otros tratamientos como la quimioterapia.

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