Cuídate durante la menopausia
La menopausia es una etapa biológica con cambios importante para las mujeres, principalmente en lo que respecta a su sistema hormonal y metabolismo. Es una cuestión de muchos factores ya que influye tanto lo físico, como lo psicológico, emocional y espiritual.
Esta etapa se caracteriza por una disminución de los estrógenos, lo cual influye en el transito lento, muy común en esta etapa, el aumento de peso, una mayor reserva de grasas en el cuerpo y disminución de la masa muscular y del metabolismo y un aumento de colesterol, entre otros.
¿Qué alimentos se recomiendan en la menopausia?
¿Cuáles son los primeros síntomas de la menopausia?
Algunos nutrientes que son de suma importancia en la menopausia:
Calcio: vital para la salud de los huesos y la contracción de los músculos. Se debe aumentar el consumo de calcio para evitar la osteoporosis. Los lácteos y sus derivados son la fuente más rica de este nutriente.
Hierro: la falta de hierro puede producir anemias, también comunes en esta etapa. Podemos incorporarlo a través de las carnes rojas, legumbres, vegetales verdes y frutos secos.
Vitamina D: Es necesaria para absorber el calcio. En el caso de la menopausia, es preciso ingerirla para equilibrar la pérdida de calcio. Además, la exposición al sol 15 minutos al día favorece su activación en la piel. La encontramos en el huevo, en los pescados y en los lácteos en general.
Fibras: estimulan el intestino y además reducen el colesterol en sangre. Encontramos fibras en todas las frutas y verduras, en alimentos integrales y con salvado, semillas y frutos secos.
Omega 3 y 9: reducen el colesterol y triglicéridos y previenen problemas cardiovasculares: pescados, frutos secos, aceites de oliva y girasol.
También deberías tener en cuenta consumir abundante agua, (de 2 a 3 litros diarios), además de incorporar jugos de frutas, cuidando el agregado de azúcar.
Realizar actividad física regular ayudará a recuperar y mantener la masa muscular y proteger los huesos y articulaciones.
Trata de evitar alimentos con azúcares (dulces, golosinas, gaseosas, etc.) y grasas saturadas: manteca, margarina, embutidos, cortes de carnes grasos, frituras, etc.
Por supuesto, el alcohol y el tabaco, cuanto más lejos, mejor.
