Una niña de 10 años salva la vida de su abuelo tras sufrir un ataque al corazón.
Era una noche más, salvo un pequeño detalle: Eva Prévot le iba a salvar la vida a su abuelo. Al día siguiente, podria seguir dándole un abrazo a su abuelo, y un beso, y podrían salir a pasear. Y todo, por asistir en clase a una explicación sobre reanimación cardiopulmonar. La frialdad y madurez de Eva, impropias para su edad, hicieron el resto. Su abuelo sigue con vida. Y ella, a ojos de su familia, toda una heroína.
Cuando vieron a su abuelo en el suelo, sufriendo un ataque al corazón, temblando, sudando, llamaron a urgencias de inmediato, su esposa y su nieta. Días antes, en el colegio, en la asignatura de gimnasia, Eva había aprendido a dar un masaje de reanimación cardiopulmonar y comenzó a repetir todo lo aprendido. Primero, si su abuelo tenía pulso. Como no notaba nada, ni siquiera respiración, empezó a aplicar el masaje durante unos eternos 10 minutos, sin pararse, tal y como le habían enseñado. Cuando llegaron los efectivos, se dieron cuenta de que Eva le había salvado la vida a su abuelo.
2 meses pasó Manuel en el hospital. Y gracias a su nieta, y al profesor de gimnasia que le enseñó el masaje, esta historia tiene un final feliz. Es muy importante que se enseñe en los colegios la reanimación cardiovascular porque, gracias a ella, se pueden salvar muchas vidas.