Una peculiaridad genética podría explicar por qué no todo el mundo presenta síntomas de COVID-19

Una peculiaridad genética podría explicar por qué no todo el mundo presenta síntomas de COVID-19

Fiebre, dificultad para respirar y tos son los principales síntomas del COVID-19 a los que debemos estar atentos durante la pandemia. Sin embargo, al menos 1 de cada 5 personas que dan positivo en las pruebas del virus no desarrollan ningún síntoma, y la razón de ello ha sido un misterio... hasta ahora.

En un nuevo estudio publicado el miércoles (19 de julio) en la revista Nature, los científicos dan una posible explicación de por qué algunas personas no desarrollan síntomas tras contraer el SARS-CoV-2, el virus causante del COVID-19, y se reduce a la variación de un gen clave implicado en nuestra respuesta inmunitaria a la infección vírica.

Tras analizar los datos de casi 30.000 personas, descubrieron que los portadores de una variante genética denominada HLA-B*15:01 tenían más del doble de probabilidades de ser asintomáticos tras la infección por SRAS-CoV-2 que los que carecían de la variante. Los portadores de dos copias de la variante mostraban una protección aún mayor, con una probabilidad más de ocho veces superior de ser asintomáticos.

Los autores del estudio proponen que esta variante protege contra los síntomas de la COVID-19 aprovechando la inmunidad existente en el organismo contra los coronavirus estacionales causantes de resfriados.

Una versión de este gen duplica el riesgo de morir por COVID-19

Las variaciones en el complejo del antígeno leucocitario humano (HLA), un conjunto de genes que ayudan al sistema inmunitario a detectar microorganismos patógenos como bacterias y virus, determinan cómo reaccionan las personas a las infecciones víricas, como el VIH y la hepatitis B. Sin embargo, los científicos aún están descubriendo cómo afectan las variaciones del HLA a las reacciones de las personas al COVID-19.

Para colmar esta laguna, los autores reclutaron a unas 29.950 personas para un estudio basado en teléfonos inteligentes que realizaba un seguimiento de los síntomas y los resultados de la COVID-19. Centrándose en 1.428 personas no vacunadas que habían contraído la enfermedad a finales de abril de 2021, el equipo identificó a 136 personas que no habían experimentado síntomas durante al menos dos semanas antes y después de dar positivo en la prueba del virus.

De estas personas asintomáticas, 1 de cada 5, es decir, el 20%, eran portadoras de la variante genética HLA-B*15:01, en comparación con el 9% de las personas que declararon síntomas de la enfermedad. También se observaron tendencias similares en la frecuencia de la variante en otras dos cohortes independientes investigadas por el equipo.

Para explicar por qué la variante HLA-B*15:01 puede ser protectora, el equipo estudió células T, un tipo de célula inmunitaria, que se recogieron antes de la pandemia de un grupo distinto de donantes portadores de la variante. A pesar de no haber estado expuestas aún al SARS-CoV-2, estas células T eran reactivas a un fragmento de proteína del virus, así como a fragmentos similares de coronavirus estacionales. Por tanto, los autores sugieren que la ausencia de síntomas en personas con HLA-B*15:01 podría explicarse porque sus células estaban preparadas para el virus.

"Hemos podido demostrar que cuando un fragmento del virus SARS-CoV-2 se une a este HLA, su aspecto molecular es muy similar al de un fragmento del virus del resfriado estacional unido a ese HLA", declaró a Live Science en un correo electrónico Jill Hollenbach, autora principal y profesora de neurología de la Universidad de California en San Francisco.

"Por lo tanto, las células T encargadas de identificar las células infectadas ven esencialmente lo mismo, lo que las hace altamente reactivas", explicó.

Los autores destacaron varias limitaciones de su investigación, sobre todo que su análisis se limitó a las personas que se autoidentificaban como "blancas" debido a la ausencia de datos de otros grupos étnicos. El hecho de basarse en los síntomas autodeclarados también significaba que no podían estar seguros de que las personas que se declaraban asintomáticas estuvieran completamente libres de síntomas.

François Balloux, catedrático de biología computacional de sistemas del University College de Londres que no participó en el estudio, elogió los resultados pero pidió cautela ante cualquier interpretación incorrecta de su significado.

"El estudio demuestra de forma muy convincente que este alelo [variante genética] es protector", declaró a Live Science. Pero eso no significa que las personas con una o dos copias de la variante nunca tendrán COVID-19 sintomático, advirtió. "Es sólo que tienen menos probabilidades de tenerlos y que otros factores pueden estar en juego".

De cara al futuro, "creemos que esta observación puede contribuir al diseño de vacunas de nueva generación y ayudarnos a comprender cómo prevenir los síntomas incluso cuando las personas se infectan", afirma Hollenbach. "En futuros trabajos esperamos saber más sobre si la misma mutación es importante en individuos de diversas ascendencias y comprender mejor por qué estas células T de reactividad cruzada de individuos HLA-B*15:01 son tan notablemente eficaces en el control del virus."

"Sería interesante saber si estos hallazgos se extienden a otros tipos de HLA", dijo a Live Science en un correo electrónico Edd James, profesor de inmunología del cáncer en la Universidad de Southampton que no participó en el estudio. Otros científicos han informado de la existencia de reactividad cruzada entre otros HLA, el COVID-19 y los coronavirus estacionales, señaló.

"Si es así, ¿pueden diseñarse vacunas para aprovechar esta reactividad cruzada?", dijo.

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