Un gigante farmacéutico prueba un adelgazante para niños de seis años llamado "Ozempic for Kids

Uno de los gigantes farmacéuticos más infames de Estados Unidos se dispone a probar un medicamento para adelgazar destinado a niños de tan sólo seis años.


Perder peso nunca es fácil, y los que tienen la disciplina de transformar su cuerpo a menudo llegan a extremos extremos para conseguirlo; basta con tomar como ejemplo las múltiples cirugías a las que se sometió el "Hombre más gordo del mundo".

Sin embargo, todo esto podría llegar a su fin gracias a un nuevo fármaco para adelgazar que el gigante farmacéutico Eli Lilly & Co. va a probar en pacientes más jóvenes con su nuevo medicamento para la diabetes Mounjaro .

Dado el éxito arrollador de Ozempic -el fármaco para adelgazar adultos que se ha extendido como la pólvora en el último año-, Eli Lilly no es la primera empresa que piensa en lanzar un medicamento similar para los más pequeños. Novo Nordisk ya ha empezado a probar su propia versión del fármaco, Saxenda, en niños pequeños.

Según informa Bloomberg, las tasas de obesidad infantil en EE.UU. se han triplicado en la última década y no muestran signos de desaceleración: alrededor de una quinta parte de los niños de seis años ya son obesos. Algunos consideran que la disponibilidad generalizada de medicamentos seguros y eficaces para adelgazar a los niños es una posible solución a este problema, además de lucrativa...

Se espera que el mercado supere los 100.000 millones de dólares estadounidenses (unos 160.000 millones de dólares australianos) en 2030 y, aunque la aceptación entre los adolescentes ha sido algo lenta, los padres encuestados parecen receptivos a la idea de estos medicamentos.Un gigante farmacéutico prueba un adelgazante para niños de seis años llamado "Ozempic for Kids

Sxenda, al igual que Ozempic, se aplica con una jeringuilla. Imagen: Shutterstock.

Dada la magnitud de la crisis de obesidad a la que se enfrentan los niños de EE.UU. -y, cada vez más, los de todo el mundo-, la Academia Americana de Pediatría ha actualizado sus anteriores directrices, centradas en una dieta sana y un estilo de vida activo, para incluir intervenciones más agresivas, como el uso de medicamentos prescritos.

La reacción del público y de la clase médica ha sido de curiosidad y preocupación, con preguntas que se acumulan sobre la falta de datos de seguridad a largo plazo, así como el impacto potencial en los cambios hormonales durante la pubertad.

El coste también es un obstáculo importante para algunos en el contexto estadounidense; los programas estatales de Medicaid varían en su cobertura de medicamentos contra la obesidad, con estrictos criterios de elegibilidad y requisitos de intentos previos de pérdida de peso, asesoramiento nutricional y programas de ejercicio.

¿Debemos considerarlo un paso adelante en la lucha contra la obesidad o una nueva apropiación de dinero por parte de las grandes farmacéuticas que antepone los beneficios a la seguridad del paciente? Como ocurre con todos los medicamentos en Estados Unidos, el escollo más probable será el coste del acceso; si muchos no pueden permitirse un medicamento así, ¿debería cualquiera poder acceder a él?

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