¿Pueden otras afecciones imitar los síntomas de la enfermedad de Parkinson?

La enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno neurológico que provoca síntomas como temblores, lentitud de movimientos y rigidez muscular. Estos síntomas pueden solaparse con los de otras afecciones, lo que dificulta el diagnóstico.

La EP es un trastorno neurológico que provoca cambios en el movimiento muscular y, en ocasiones, puede dar lugar a problemas cognitivos y de comportamiento en fases avanzadas. La enfermedad empeora con el paso del tiempo y, con el tiempo, dificulta a las personas caminar y controlar sus movimientos.

Otras enfermedades comparten signos y síntomas similares con la EP. Siga leyendo para obtener más información sobre qué síntomas puede presentar una persona con EP, qué enfermedades comparten características similares y con qué frecuencia puede diagnosticarse erróneamente la EP.

¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de Parkinson?

Los investigadores calculan que en Estados Unidos hay hasta un millón de personas afectadas por la EP. Aunque la experiencia de cada persona es única, hay ciertos síntomas que son característicos de la EP.

Los cuatro síntomas principales son:

  • temblores en la cabeza, la mandíbula, los brazos, las piernas y las manos
  • rigidez muscular
  • lentitud de movimientos
  • problemas de equilibrio y coordinación y caídas

Los síntomas suelen empezar en un lado del cuerpo y tienden a empeorar con el tiempo. El ritmo de progresión depende de la persona, pero suele afectar a ambos lados del cuerpo.

Síntomas adicionales:

  • estreñimiento
  • depresión y otros cambios de humor
  • piel seca
  • dificultades para dormir

¿Qué otras afecciones pueden simular la enfermedad de Parkinson?

Las enfermedades que afectan al movimiento y al control muscular pueden parecerse a la EP. La mayoría de estas afecciones implican cambios en las neuronas del cerebro, pero cada una de ellas afecta a distintas zonas del cerebro.

Aunque estas afecciones pueden ser similares a la EP, cada una tiene características únicas que pueden ayudar al diagnóstico.

Síndrome corticobasal

La degeneración corticobasal es una afección neurológica progresiva (es decir, que empeora con el tiempo) que provoca la contracción de determinadas zonas del cerebro. Provoca síntomas similares a los de la EP, como problemas de equilibrio y de movimientos voluntarios. Las personas con esta enfermedad también pueden sufrir espasmos musculares (mioclonías) y problemas para tragar.

Temblor esencial

Esta afección se denominaba anteriormente temblor esencial benigno, y puede o no ser progresivo. El temblor esencial puede ser parte de una enfermedad neurológica o un efecto secundario de medicamentos. Otras veces, la causa puede ser desconocida. Los síntomas incluyen movimientos musculares rítmicos y finos que pueden empezar en un lado del cuerpo (como la EP) y más tarde afectar a ambos lados.

Enfermedad de Huntington

La enfermedad de Huntington (EH) es un trastorno hereditario que causa problemas en las neuronas del cerebro. Los síntomas incluyen problemas de equilibrio y coordinación, cambios de comportamiento y problemas cognitivos.

Las personas con EH pueden tener un trastorno del movimiento llamado corea. Los movimientos de las personas con corea son grandes movimientos espasmódicos, pero los movimientos de las personas con EP son pequeños y rápidos. Y, a diferencia de la EP, los médicos también pueden utilizar análisis de sangre para el cribado genético para diagnosticar la EH.

Demencia

con cuerpos de Lewy

La demencia con cuerpos de Lewy (DCL) puede dividirse en demencia con cuerpos de Lewy y demencia de EP. Las personas que las padecen experimentan cambios similares en el cerebro y, en consecuencia, síntomas parecidos. La principal diferencia entre ambas es el momento de aparición de los síntomas.

En la LBD, los síntomas que afectan a la cognición (pensamiento) aparecen más o menos al mismo tiempo que los síntomas que afectan al movimiento. En la demencia de Parkinson, el deterioro cognitivo comienza en las últimas fases de la enfermedad, normalmente después de que los síntomas del movimiento hayan empeorado significativamente.

Atrofia mul

tisistémica

La atrofia multisistémica (AMS) es un trastorno neurológico progresivo que provoca una contracción grave de determinadas zonas del cerebro. La AMS afecta al movimiento y al sistema nervioso. Los síntomas son similares a los que experimentan las personas con EP.

En concreto, las personas con AMS pueden tener temblores, rigidez muscular y problemas de coordinación. También pueden tener problemas para caminar y hablar.

Existen dos tipos de AMS, uno de los cuales se denomina tipo parkinsoniano (AMS-P) porque se asemeja mucho a la EP. Dicho esto, la MSA-P progresa más rápidamente que la EP.

Hidrocefalia normotensiva

La hidrocefalia normotensiva (HNT) se produce cuando hay una acumulación de líquido cefalorraquídeo (LCR) en el cerebro. La presión puede causar síntomas como demencia, problemas para caminar e incontinencia urinaria. Puede simular otras afecciones, como la enfermedad de Alzheimer y la EP.

Sin embargo, a diferencia de esas enfermedades progresivas, la HPN suele mejorar tras la colocación quirúrgica de una derivación para redirigir el exceso de LCR.

Parálisis sup

ranuclear progresiva

La parálisis supranuclear progresiva (PSP) también suele diagnosticarse erróneamente como EP. Esta enfermedad provoca una rigidez muscular, problemas de coordinación y lentitud de movimientos similares a los que se observan al principio de la EP. La PSP también implica movimientos oculares limitados, lo que se denomina parálisis supranuclear, pero la EP no.

Otra diferencia clave es que la PSP progresa más rápidamente que la EP. Aunque los tratamientos también son similares, las personas con PSP no suelen responder a los medicamentos tan bien como las personas con EP.

Parkinsonismo

inducido por

fármacos

Tomar ciertos medicamentos - neurolépticos, fármacos bloqueantes de la dopamina, etc. - puede causar parkinsonismo inducido por fármacos (PID). Los síntomas incluyen temblores, rigidez muscular y problemas para caminar. Una diferencia importante es que el 90% de las personas con DIP mejoran tras dejar de tomar el fármaco que causa los síntomas.

Otras imitaciones

  • depresión
  • enfermedad de Wilson
  • atrofia espinocerebelosa (tipos 2 y 3)
  • trastornos del sueño
  • artritis
  • ictus
  • hombro congelado
  • parkinsonismo vascular
  • exposición a toxinas
  • síndrome de temblor/ataxia asociado al cromosoma X frágil
  • demencia frontotemporal con parkinsonismo
  • neurodegeneración con acumulación de hierro en el cerebro

¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Parkinson?

No hay ninguna prueba de laboratorio (análisis de sangre, por ejemplo) que pueda diagnosticar la EP.

El diagnóstico se realiza después de que un profesional sanitario lleve a cabo exámenes físicos y neurológicos y analice sus síntomas y su historial médico. En algunos casos, el médico puede sugerir la toma de medicamentos para la EP. Si estos medicamentos alivian los síntomas, también pueden ayudar a confirmar el diagnóstico.

Preguntas frecuentes

¿Qué tratamientos hay disponibles para la EP?

Se pueden utilizar varios medicamentos para tratar la EP. El principal tratamiento de elección es un fármaco llamado levodopa. La estimulación cerebral profunda es otra opción para algunas personas e implica cirugía.

¿Mejora la EP con tratamiento?

No existe cura para la EP. Los tratamientos pueden ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

¿Es frecuente recibir un diagnóstico erróneo?

El diagnóstico puede ser complicado cuando los síntomas se solapan entre distintas afecciones. Una encuesta reciente muestra que algo más de una de cada cuatro personas con EP recibe un diagnóstico erróneo. Además, las mujeres tienen más probabilidades de ser diagnosticadas erróneamente que los hombres.

Para llevar

Si experimenta síntomas como rigidez muscular o temblores, póngase en contacto con un médico. Aunque diagnosticar la EP puede ser difícil, existen pruebas que pueden ayudar a descartar afecciones similares.

Puede llevar algún tiempo obtener un diagnóstico correcto. Si algo no te parece bien, comparte tus preocupaciones con un médico hasta que encuentres el tratamiento que mejor se adapte a ti.

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