Por qué los 'músculos grasos' podrían ser una amenaza oculta para tu corazón
Cuando se trata de la salud del corazón, durante mucho tiempo se nos ha advertido que nuestros niveles de condición física, así como nuestras reservas de grasa corporal, son indicadores clave a tener en cuenta. Pero nueva investigación, publicada en el European Heart Journal, destaca un riesgo oculto que podría estar minando silenciosamente nuestra salud cardiovascular: la grasa almacenada dentro de nuestros músculos.
A diferencia de la grasa subcutánea que se encuentra debajo de la piel, o la grasa visceral que se acumula alrededor de nuestros órganos, esta grasa ‘intermuscular’ (IMAT) infiltra el tejido muscular en sí, y los últimos hallazgos sugieren que puede aumentar significativamente el riesgo de ataques cardíacos y fallo cardíaco, independientemente de otras medidas como el peso, la circunferencia de la cintura o el IMC.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Copenhague analizó datos de más de 2,500 individuos, utilizando técnicas de imagen avanzadas para medir la cantidad de grasa que acechaba en sus tejidos musculares. Encontraron que los participantes con niveles más altos de grasa intermuscular enfrentaban un riesgo significativamente mayor de condiciones cardíacas graves, como la enfermedad arterial coronaria y el fallo cardíaco, incluso si su IMC general se situaba dentro de un rango saludable.
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El autor principal del estudio, Dr. Anders Grøntved, explicó: 'Aunque el IMC se ha utilizado tradicionalmente como un marcador de riesgo cardiovascular, nuestro estudio destaca que no cuenta toda la historia. La grasa almacenada dentro del tejido muscular parece ser un factor de riesgo independiente para las enfermedades cardíacas, probablemente contribuyendo a la inflamación sistémica y las alteraciones metabólicas.'
¿Qué significa eso en términos simples? Podrías lucir delgado por fuera pero seguir llevando grasa dañina dentro de tus músculos, grasa que podría estar aumentando silenciosamente tus posibilidades de padecer enfermedades cardíacas.
Durante años, el enfoque ha estado en reducir la grasa corporal a través del ejercicio y la dieta, y mira, esta sigue siendo la mejor estrategia para una salud integral. Lo que este estudio subraya es la necesidad de considerar también lo que está sucediendo bajo la superficie. La acumulación de grasa intermuscular a menudo se observa en personas con estilos de vida sedentarios, hábitos dietéticos deficientes e incluso en aquellos que parecen estar en forma, pero descuidan el entrenamiento de resistencia. A diferencia de la grasa subcutánea, que puede ser relativamente benigna, esta grasa más profunda puede impedir la función muscular, promover la resistencia a la insulina y crear inflamación crónica: tres factores principales en el desarrollo de enfermedades cardíacas.
Lo que es aún más preocupante es que las mediciones de peso estándar no la identificarán. Alguien con un peso 'saludable' podría aún tener niveles peligrosamente altos de grasa muscular, lo que la convierte en un factor de riesgo silencioso pero significativo.
Esta investigación es un llamado de atención para cualquiera que aún crea que simplemente lucir 'en forma' es una garantía de salud. La composición muscular importa tanto como el peso corporal, y centrarse únicamente en los números de la balanza no es suficiente para proteger tu corazón. En cambio, es crucial prestar atención a tu salud y composición corporal de manera holística, a través de una amplia gama de medidas que incluyan entrenamiento de fuerza, ejercicio aeróbico, una dieta consciente y reducción del estrés, así como chequeos regulares que miren más allá del IMC.
Aunque esta investigación no aborda necesariamente cómo deberías enfocar tu salud (ya deberías estar haciendo todos los puntos mencionados), los hallazgos del estudio dejan claro una cosa: cuando se trata de la salud del corazón, no solo se trata de cuánto grasa tienes, sino de dónde se esconde.
