Los aficionados griegos la vuelven a liar y la liga se jugará a puerta cerrada
Los aficionados griegos no escarmientan. Después de que la liga de fútbol del país heleno fuera suspendida hasta en tres ocasiones por culpa de la violencia y que, tras la última reanudación, los partidos se disputasen a puerta cerrada, el miércoles por la noche la volvieron a liar.
Ocurró durante el partido de cuartos de final de la Copa de Grecia entre el AEK de Atenas y el Olympiacos. Jara marcó el gol que daba la clasificación a Olympiakos en el minuto 89 y, mientras celebraba el tanto en el córner con sus compañeros, empezaron a llover objetos e incluso los ultras del equipo local, el AEK, saltaron al campo para agredirles. Los visitantes tuvieron que refugiarse en el vestuario y el encuentro fue suspendido.
A tenor de lo ocurrido, el ministro adjunto de Deportes griego, Stavros Kondonis, anunció que la próxima jornada liguera se disputará a puerta cerrada "por recomendación de la policía". Es la segunda vez consecutiva que no habrá seguidores en las gradas de los estadios.
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La violencia es un problema habitual al que tienen que enfrentarse los mandatarios griegos. Ya son tres las veces que el campeonato ha tenido que detenerse esta temporada. Una, tras el Olympiacos-Panathinaikos por invasión de campo por parte de los seguidores más radicales y lanzamiento de bengalas y objetos. Otra en septiembre, cuando fue asesinado un seguidor de un equipo de la tercera división. Y la última en noviembre, después de que un árbitro fuera brutalmente agredido.
