El peor nadador de la historia
Uno de los verdaderos "héroes" de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, recordamos a Éric Moussambani, el peor nadador de la historia.
El sueño de Éric Moussambani era participar en unos Juegos Olímpicos, y los de Sídney 2000 se presentaban como una gran oportunidad para conseguirlo. Sin embargo, había un grave problema: el equipo de atletismo, su especialidad, ya estaba completo. Sin plazas para competir, la Federación de Guinea Ecuatorial, su país, le dijo que había una plaza en natación otorgada por el Comité Olímpico Internacional (COI), gracias a un programa especial destinado a potenciar la participación de deportistas de países en vías de desarrollo aunque no alcancesen las marcas mínimas requeridas para competir.
El desafío era tremendo, ya que sólo tenía 8 meses para entrenar en un deporte que no era el suyo, pero no se lo pensó ni un instante y se puso manos a la obra. Tal y como contaría después, el camino no estaba exento de dificultades, ya que en su país no había instalaciones para que entrenara y tuvo que sustituir las piscinas olímpicas de 50 metros por una piscina de apenas 20 metos en un hotel. No importaba, la voluntad puede con todo. Eso dicen.
8 meses después llegaba el gran día: En su serie en los Juegos Olímpicos le tocaba competir con otros dos nadadores que también estaban allí al mismo programa del COI. Ambos, uno de Tayikistán y otro de India, fueron descalificados pos hacer una salida falsa, así que a Moussambani le tocaba nadar solo para enfrentarse a su peor enemigo: La piscina olímpica. Desde su entrada en el agua a sus primeras brazadas en el estilo de crol menos profesional que se haya visto jamás, los asistentes comprobaban que no se encontraban ante un nadador normal. De hecho, sospechaban que ni siquiera era nadador mientras el guineano conseguía completar su primer largo, pero todavía quedaba lo peor, en un segundo largo eterno en el que en más de una ocasión parecía que iba a ahogarse.
Al final, consiguió llegar al borde de la piscina entre vitores y aplausos del público, que entendió a la perfección lo que estaba pasando y optó por animar a nuestro héroe. No importaba que su tiempo, 1:52,72, estuviese a años luz del récord mundial de 47 segundos, ni tampoco que superara ampliamente las marcas en que los nadadores recorren el doble de distancia, 200 metros. Ya era un héroe y su proeza daba la vuelta al mundo. "Los últimos quince metros han sido muy difíciles" declararía nada más terminar la prueba casi asfixiado. Protagonista en todas las televisiones durante las semanas posteriores, había nacido un "héroe" de lo más peculiar, que pasaría a ser recordado como el peor nadador de la historia.
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