Cómo la comida reconfortante puede agudizar la mente y ayudar a perder peso

La buena comida española no es mucho mejor que la paella", tuiteó Jamie Oliver en 2016, antes de mencionar casualmente que su receta incluía chorizo. La respuesta de España fue inmediata y brutal. Algunos compararon la adición poco convencional de la carne especiada con la profanación del fresco del Ecce Homo Jesús en Zaragoza; otros llegaron a sugerir que lo matarían. "Tuve amenazas de muerte", dijo Oliver en The Graham Norton Show, "por un poco de chorizo".

Fue una manifestación más de la aparente guerra de Oliver contra las recetas tradicionales de arroz del mundo, cuyo frente se ha extendido desde un arroz frito con huevo flagrantemente inauténtico hasta un arroz cargado de perejil y cilantro que parecía más cercano en espíritu a West Acton que a África Occidental. Pero la ira de los puristas está, quizás, fuera de lugar. Estos platos son alimentos reconfortantes, y la comodidad es inherentemente subjetiva. Para un chico de Essex como Oliver, tal vez el hecho de añadir una salchicha era algo natural, un atajo culinario hacia esa sensación de indulgencia hogareña y estimulante del estado de ánimo que se supone que ofrecen estas comidas. Después de todo, como escribió una vez la escritora gastronómica Nichola Fletcher, las salchichas son "la encarnación de la comida reconfortante".

Pero la comodidad no es lo único que aportan las salchichas. Una ración de 100 gramos de salchichas tradicionales inglesas, por ejemplo, contiene el 40% de las proteínas diarias necesarias y algo menos de una quinta parte de la dosis diaria recomendada de vitaminas del grupo B, que contribuyen a un uso eficiente de la energía y mejoran la función cognitiva a medida que se envejece. Y a pesar de su asociación con la grasa, la mayor parte de la grasa de las salchichas es monoinsaturada -el tipo de grasa que ayuda a reducir la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares-, mientras que la carne de cerdo es también una potente fuente de coenzima Q1, la hormona que acelera el metabolismo. Así que, durante este mes de privaciones dietéticas postnavideñas, consuélate sabiendo que una salchicha (o incluso una paella de chorizo) no tiene por qué estar fuera de los límites.

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