Cómo ir al gimnasio con resaca

young man suffering from hangover at home

Aquí comienza el sermón : "Cuando bebes alcohol, te estás envenenando", dice Pate. La bebida también perturba el sueño y, en una cruel ironía, después de tanto beber, estás deshidratado. La seguridad debe estar en primer plano.

Si estás medio cortado, espera a estar sobrio antes de hacer algo que pueda ponerte en peligro", dice Pate. Una sesión a primera hora de la mañana está descartada. Sin embargo, una vez que tu cabeza esté dolorida pero despejada, tienes luz verde. Los beneficios son mayores que los de quemar las cuatro pintas: el subidón de endorfinas que se obtiene con el ejercicio ayudará a reequilibrar las sustancias químicas del cerebro para combatir el efecto depresivo del alcohol, lo que lo convierte en un bálsamo mejor que cualquier sándwich de beicon (que puedes comer después).

Pate recomienda algo con "un poco de intensidad aeróbica, para recordarle a tu cuerpo que todavía tiene que trabajar". Bebe suficiente agua: tu orina debe ser clara", dice Matt Gardner, nutricionista y presentador del podcast Big Feed Up HQ. Esto lubricará tus articulaciones y retrasará la fatiga.

En cuanto al combustible antes de ir al gimnasio, el alcohol irrita el revestimiento del estómago, así que resiste la tentación de acumular grasa (que tampoco es buena para los objetivos de pérdida de peso) y sigue con tu desayuno normal. Pero ten en cuenta el "tiempo de vaciado gástrico". Una

comida
rica en proteínas y fibra

, como los huevos con tostadas, es estupenda si tienes tiempo, pero tarda un par de horas en absorberse. Si tienes una hora o menos antes de entrenar, come algo de rápida absorción, como un plátano.

La buena noticia es que la Universidad de Boulder ha relacionado incluso el entrenamiento aeróbico ligero con la reversión del daño cerebral inducido por el alcohol. Flagelarse no es saludable. Pero escapar de tu oscura sala de estar te garantiza sentirte mejor: física, mental y espiritualmente.

Cómo empezar a entrenar con resaca
  1. Cancela tu sesión matutina y libra una guerra acuosa contra la deshidratación.
  2. Retoma tu dieta normal cuando puedas soportarla. Si no, cómete un plátano.
  3. El ejercicio aeróbico protegerá tu cerebro, además de hacerte sentir humano de nuevo.

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