Consejos para elegir un buen filtro solar

TÚ ME DAS CREMITA...

 

No somos conscientes de que el sol no es un simpático circulito amarillo con una sonrisa, sino una estrella ardiente que emite rayos perjudiciales para la salud. La protección solar debería acompañarnos todo el año, pero está asociada únicamente al verano y la playa; y a veces, ni eso.

 

A veces incluso con filtro solar aparecen pecas y manchas y puede ser porque no estemos escogiendo la protección adecuada. Por ejemplo, muchas cremas faciales indican que tienen protección solar, pero eso no es suficiente.

 

La protección debe actuar tanto sobre los rayos UVB como los UVA. Los primeros causan las molestas quemaduras, pero los segundos son más ladinos y provocan incluso variaciones en el ADN de la piel.

 

Hay que evitar también los que incluyan la palabra PABA en su fórmula. Estas siglas significan paraamninobenzoico, un ácido que puede causar daños en las células y propiciar la aparición de alergias cutáneas.

 

Hay que elegir protección que sea fotoestable, es decir, que la acción del sol y el calor sobre el envase no altere sus propiedades.

 

En definitiva, una de las inversiones fijas del verano debe ser elegir un protector que se ajuste a nuestras necesidades y recordar que más vale no deslumbrar con nuestro bronceado al volver a la oficina que asustar más tarde al personal con la aparición de melanomas u otras enfermedades que nos transmite el sol, que es un gran peligro.

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