Las consecuencias de 120 decibelios

LA PITADA AL HIMNO

Hasta 120 decibelios se escucharon el sábado en el Camp Nou mientras sonaban los acordes del himno nacional. La Comisión Antiviolencia se reunía de urgencia el lunes para sopesar sanciones y decidió elevar el asunto a la Fiscalía del Estado y pedir más información a los clubes y la policía, así como y abrir expediente informativo a las personas físicas, jurídicas y entidades que facilitaron y dieron cobertura a la pitada. La política está consiguiendo de nuevo desdibujar el  espectáculo deportivo, que es lo que apasiona a los aficionados.

En los últimos seis años Barcelona y Athletic se han enfrentado en tres finales de la Copa del Rey. Siempre ha habido pitos al himno desde entonces, pero cuanta más importancia se le da al asunto desde las altas esferas, más decibelios se escuchan en el estadio. Cuanto más se opina y se debate más se encienden las posturas.

Nos arrebatan el fútbol y nos entregan filosofía: ¿debe prevalecer la libertad de expresión o el respeto a los símbolos nacionales? Con la decisión de la Comisión Antiviolencia la polémica no ha hecho nada más que empezar. Aunque las sanciones a los clubes no son previsibles sí que podrían ser multados la Federación, como organizadora del evento, los activistas que repartieron miles de silbatos e incluso, se especula, los aficionados que pitaron al himno. Pero todo son especulaciones. Lo único cierto es que con esa decisión el asunto seguirá coleando durante meses.

Nunca 120 decibelios habían llegado a la Fiscalía General del Estado. Nunca fútbol y política han estado tan cerca en nuestro país. Que nos devuelvan el fútbol.

 

 

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