SFC (Síndrome de Fatiga Crónica)

El síndrome de fatiga crónica (SFC) es un trastorno caracterizado por un cansancio extremo que no desaparece con el reposo y que no puede explicarse por una enfermedad subyacente.

El SFC también puede denominarse encefalomielitis miálgica (EM) o enfermedad de intolerancia al esfuerzo sistémica (EIS).

Las causas del SFC aún no se conocen del todo. Algunas teorías incluyen la infección viral, el estrés psicológico o una combinación de factores.

Dado que no se ha identificado una única causa y que muchas otras enfermedades producen síntomas similares, el SFC puede ser difícil de diagnosticar.

No existen pruebas para el SFC. Su médico tendrá que descartar otras causas de su fatiga a la hora de determinar un diagnóstico.

Si bien el SFC era antes un diagnóstico controvertido, ahora está ampliamente aceptado como condición médica.

El SFC puede afectar a cualquier persona, aunque es más frecuente entre las mujeres de 40 y 50 años. Actualmente no hay cura, pero el tratamiento puede aliviar los síntomas.

Esto es lo que necesita saber sobre el SFC, incluidos los síntomas, las opciones de tratamiento y las perspectivas.

¿Qué causa el SFC?

Se desconoce la causa del SFC. Los investigadores especulan que los factores que contribuyen a ello pueden ser:

  • los virus
  • un sistema inmunitario debilitado
  • el estrés
  • desequilibrios hormonales

También es posible que algunas personas estén genéticamente predispuestas a desarrollar el SFC.

Aunque el SFC puede desarrollarse a veces después de una infección viral, no se ha encontrado ningún tipo de infección que cause el SFC. Algunas infecciones víricas que se han estudiado en relación con el SFC son las causadas por:

  • Virus de Epstein-Barr (VEB)
  • herpesvirus humano 6
  • virus del río Ross (RRV)
  • virus de la rubéola

También se han estudiado las infecciones causadas por bacterias, como Coxiella burnetii y Mycoplasma pneumoniae, en relación con el SFC.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han sugerido que el síndrome de fatiga crónica puede ser la fase final de varias enfermedades diferentes, en lugar de una enfermedad específica.

De hecho, aproximadamente 1 de cada 10 personas infectadaspor el VEB, el virus del río Ross o la Coxiella burnetii desarrollará una afección que cumpla los criterios para el diagnóstico del SFC.

Además, los investigadores afirman que quienes han tenido síntomas graves con cualquiera de estas tres infecciones tienen un mayor riesgo de desarrollar posteriormente el SFC.

Las personas con SFC a veces tienen el sistema inmunitario debilitado, pero los médicos no saben si esto es suficiente para causar el trastorno.

Las personas con SFC también pueden tener a veces niveles hormonales anormales. Los médicos aún no han llegado a la conclusión de si esto es significativo, tampoco.

Factores de riesgo del SFC

El SFC es más frecuente entre las personas de 40 y 50 años.

El sexo también desempeña un papel importante en el SFC, ya que las mujeres tienen entre dos y cuatro veces más probabilidades de ser diagnosticadas de SFC que los hombres.

Otros factores que pueden aumentar el riesgo de padecer SFC son

  • predisposición genética
  • alergias
  • estrés
  • factores ambientales

¿Cuáles son los síntomas del SFC?

Los síntomas del SFC varían según la persona y la gravedad de la enfermedad.

El síntoma más común es la fatiga lo suficientemente severa como para interferir con sus actividades diarias.

Para que se diagnostique el SFC, la capacidad significativamente reducida para realizar sus actividades diarias habituales con fatiga debe durar al menos 6 meses. No debe poder curarse con reposo en cama.

También experimentará una fatiga extrema después de las actividades físicas o mentales, lo que se denomina malestar postesfuerzo (MPE). Esto puede durar más de 24 horas después de la actividad.

El SFC también puede presentar problemas de sueño, como:

  • sensación de falta de descanso después de una noche de sueño
  • insomnio crónico
  • otros trastornos del sueño

Además, también puede experimentar:

  • pérdida de memoria
  • disminución de la concentración
  • Intolerancia ortostática (pasar de estar tumbado o sentado a estar de pie hace que se maree o se desmaye).

Los síntomas físicos del SFC pueden incluir

  • dolor muscular
  • dolores de cabeza frecuentes
  • dolor en varias articulaciones sin enrojecimiento ni hinchazón
  • dolor de garganta frecuente
  • ganglios linfáticos sensibles e inflamados en el cuello y las axilas

El SFC afecta a algunas personas en ciclos, con períodos en los que se sienten peor y luego mejor.

En ocasiones, los síntomas pueden incluso desaparecer por completo, lo que se denomina remisión. Sin embargo, es posible que los síntomas vuelvan a aparecer más adelante, lo que se conoce como recaída.

Este ciclo de remisión y recaída puede dificultar el control de los síntomas, pero es posible.

¿Cómo se diagnostica el SFC?

El SFC es una enfermedad muy difícil de diagnosticar.

Según el Instituto de Medicina, en 2015, el SFC afecta a entre 836.000 y 2,5 millones de estadounidenses. Sin embargo, se estima que entre el 84 y el 91% aún no ha recibido un diagnóstico.

No existen pruebas médicas para detectar el SFC. Sus síntomas son similares a los de muchas otras enfermedades. Muchas personas con SFC no "parecen enfermas", por lo que es posible que los médicos no reconozcan que realmente tienen una enfermedad.

Para recibir un diagnóstico de SFC, su médico descartará otras posibles causas y revisará su historial médico con usted.

Confirmarán que al menos tienes los síntomas básicos mencionados anteriormente. También te preguntarán por la duración y la gravedad de tu fatiga inexplicable.

Descartar otras posibles causas de su fatiga es una parte fundamental del proceso de diagnóstico. Algunas condiciones con síntomas que se asemejan a los del SFC incluyen:

  • mononucleosis
  • enfermedad de Lyme
  • esclerosis múltiple
  • lupus (LES)
  • hipotiroidismo
  • fibromialgia
  • trastorno depresivo mayor
  • obesidad severa
  • trastornos del sueño

Los efectos secundarios de ciertos medicamentos, como los antihistamínicos y el alcohol, también pueden imitar los síntomas del SFC.

Debido a las similitudes entre los síntomas del SFC y muchas otras enfermedades, es importante no autodiagnosticarse. Habla con tu médico sobre tus síntomas. Ellos pueden trabajar con usted para obtener alivio.

¿Cómo se trata el SFC?

Actualmente no existe una cura específica para el SFC.

Cada persona tiene síntomas diferentes y, por tanto, puede requerir distintos tipos de tratamiento para controlar el trastorno y aliviar sus síntomas.

Trabaje con su equipo de profesionales sanitarios para crear el mejor plan de tratamiento para usted. Pueden repasar contigo los posibles beneficios y efectos secundarios de las terapias.

Tratamiento de los síntomas del malestar postesfuerzo (MPE)

El MEP se produce cuando incluso un pequeño esfuerzo físico, mental o emocional hace que los síntomas del SFC empeoren.

El empeoramiento de los síntomas suele producirse entre 12 y 48 horas después de la actividad y durar días o incluso semanas.

La gestión de la actividad, también llamada ritmo, puede ayudar a equilibrar el descanso y la actividad para evitar los brotes de MEP. Tendrás que encontrar tus límites individuales para las actividades mentales y físicas, planificar estas actividades y luego descansar para mantenerte dentro de estos límites.

Algunos médicos se refieren a mantenerse dentro de estos límites como la "envoltura energética". Llevar un diario de tus actividades puede ayudarte a encontrar tus límites personales.

Es importante señalar que, aunque el ejercicio aeróbico vigoroso es bueno para la mayoría de las enfermedades crónicas, las personas con SFC no toleran este tipo de rutinas de ejercicio.

Remedios caseros y cambios en el estilo de vida

Hacer algunos cambios en el estilo de vida puede ayudar a reducir los síntomas.

Limitar o eliminar el consumo de cafeína puede ayudarte a dormir mejor y a aliviar el insomnio. También deberías limitar o evitar la nicotina y el alcohol.

Intenta evitar las siestas durante el día si te perjudica la capacidad de dormir por la noche.

Cree una rutina de sueño. Acuéstate a la misma hora todas las noches y procura despertarte a la misma hora todos los días.

Medicamentos

Normalmente, ningún medicamento puede tratar todos sus síntomas. Además, sus síntomas pueden cambiar con el tiempo, por lo que es posible que sus medicamentos también tengan que hacerlo.

En muchos casos, el SFC puede desencadenar o ser un síntoma de depresión. Es posible que necesites un tratamiento con antidepresivos en dosis bajas o que te remitan a un profesional de la salud mental.

Si los cambios en el estilo de vida no le proporcionan un sueño reparador, su médico puede sugerirle un somnífero. La medicación analgésica también puede ayudarte a sobrellevar las molestias y los dolores articulares causados por el SFC.

Si la terapia con medicamentos es necesaria, tendrá que adaptarse a sus necesidades. Colabora estrechamente con tu médico. No hay un tratamiento único para el SFC.

Medicina alternativa

La acupuntura, el tai chi, el yoga y los masajes pueden ayudar a aliviar el dolor asociado al SFC. Hable siempre con su médico antes de empezar cualquier tratamiento alternativo o complementario.

¿Qué se puede esperar a largo plazo?

A pesar de los crecientes esfuerzos de investigación, el SFC sigue siendo una enfermedad compleja sin causa ni cura exactas conocidas. La tasa de recuperación es sólo del 5%. Por lo tanto, la gestión del SFC puede ser un reto.

Es probable que tengas que hacer cambios en tu estilo de vida para adaptarte a tu fatiga crónica. Como resultado, puedes experimentar depresión, ansiedad o aislamiento social. Puede que te resulte útil unirte a un grupo de apoyo mientras tomas decisiones y transiciones.

El SFC evoluciona de forma diferente en cada persona, por lo que es importante que trabajes con tu médico para crear un plan de tratamiento que se ajuste a tus necesidades.

Muchas personas se benefician de trabajar con un equipo de profesionales sanitarios. Esto puede incluir médicos, terapeutas y especialistas en rehabilitación.

Si vives con SFC, la Iniciativa Solve ME/CFS tiene recursos que pueden resultarte útiles. Los CDC también ofrecen recomendaciones para manejar y vivir con el SFC.

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