Como los adultos mayores recuperan costumbres tras el Covid

Alice Herb, de 88 años, una neoyorquina intrépida, está acostumbrada a caminar kilómetros por Manhattan. Pero después de este año encerrada en casa, tratando de evitar el Covid-19, ha notado una gran diferencia en cómo se siente.

"Físicamente, estoy fuera de forma", dijo. "El otro día cogí el metro por primera vez y me quedé sin aliento al subir dos tramos de escaleras hasta la calle. Eso no es propio de mí".

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Desde el punto de vista emocional, Herb, abogada y periodista jubilada, se muestra intranquila a la hora de reanudar sus actividades, a pesar de estar totalmente vacunada. "Te preguntas, ¿y si pasa algo?, tal vez no debería hacer eso, tal vez sea peligroso", dijo.

Millones de estadounidenses de edad avanzada están luchando de manera similar con desafíos físicos, emocionales y cognitivos después de un año de estar encerrados en el interior, dejando de hacer sus actividades habituales y viendo a pocas personas, si es que las hay.

Si no abordan los problemas que han surgido durante la pandemia -debilidad muscular, mala alimentación, trastornos del sueño, ansiedad, aislamiento social y otros-, estos adultos mayores se enfrentan a la perspectiva de una peor salud y una mayor fragilidad, advierten los expertos.

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¿Qué hay que hacer para afrontar este tipo de retos? Varios expertos compartieron sus consejos:

Vuelva a conectar con su médico. Un gran número de adultos mayores ha retrasado la atención médica por miedo a Covid-19. Ahora que la mayoría de los ancianos se han vacunado, deben programar visitas con los médicos de atención primaria y para las revisiones de atención preventiva, como mamografías, limpiezas dentales, exámenes oculares y revisiones auditivas, dijo el Dr. Robert MacArthur, director médico de la Commonwealth Care Alliance en Massachusetts.

Haga que le evalúen su funcionamiento. Las visitas de atención primaria deben incluir una evaluación básica del funcionamiento físico de los pacientes de edad avanzada, según el Dr. Jonathan Bean, experto en rehabilitación geriátrica y director del Centro Clínico, Educativo y de Investigación Geriátrica de Nueva Inglaterra en el Sistema Sanitario de Asuntos de Veteranos de Boston.

Como mínimo, los médicos deben preguntar: "¿Tiene dificultades para caminar un cuarto de milla o subir un tramo de escaleras? ¿Ha cambiado su forma de realizar tareas ordinarias, como vestirse?". sugirió Bean.

Consigue que te remitan a fisioterapia. Si tienes problemas para moverte o hacer cosas que solías hacer, pide que te remitan a un fisioterapeuta o a un terapeuta ocupacional.

Un fisioterapeuta puede trabajar con usted en la fuerza, el equilibrio, la amplitud de movimiento y la resistencia. Un terapeuta ocupacional puede ayudarte a cambiar la forma de realizar diversas tareas, evaluar la seguridad de tu casa e identificar las mejoras necesarias, como la instalación de una segunda barandilla en una escalera.

No esperes a que tu médico tome la iniciativa; con demasiada frecuencia esto no ocurre. "Hable y diga: Por favor, ¿puede escribirme una remisión? Creo que una evaluación cualificada sería útil", dice James Nussbaum, director clínico y de investigación de ProHealth & Fitness en Nueva York, un proveedor de terapia.

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Empieza despacio y construye con constancia. Sea realista sobre sus capacidades actuales. "Por mi experiencia, los adultos mayores están ansiosos por salir de casa y hacer lo que hacían hace un año. ¿Y sabes qué? Después de estar inactivos durante más de un año, no pueden", dice el Dr. John Batsis, profesor asociado de geriatría en la Universidad de Carolina del Norte-Chapel Hill.

"Soy partidario de empezar poco a poco, ir despacio", continúa Batsis. "Sé sincero contigo mismo en cuanto a lo que te sientes capaz de hacer y lo que te da miedo hacer. Identifica tus limitaciones. Probablemente te llevará algo de tiempo y ajustes en el camino".

Nina DePaola, vicepresidenta de servicios de post-agudos de Northwell Health, el mayor sistema sanitario de Nueva York, advirtió que recuperar la forma puede llevar tiempo. "Tómese su tiempo. Escuche a su cuerpo. No haga nada que le cause molestias o dolor. Introdúzcase en nuevos entornos de forma reflexiva y comedida", dijo.

Sea físicamente activo. Los expertos recomiendan realizar algún tipo de actividad física con regularidad (un paseo por el parque, ejercicios en silla en casa, programas de fitness en vídeo). El programa Go4Life, patrocinado por el Instituto Nacional del Envejecimiento, es un recurso valioso para los que se inician, y se pueden encontrar vídeos de algunas rutinas de ejercicio de muestra en YouTube. La YMCA ha puesto en línea clases de ejercicio, al igual que muchos centros de mayores. Para los veteranos, el VA tiene Gerofit, un programa virtual de ejercicios en grupo que merece la pena consultar.

Bienvenido Manzano, de 70 años, de Boston, que se retiró de la Guardia Costera después de 24 años y tiene un importante dolor de espalda baja, asiste a clases de Gerofit tres veces por semana. "Este programa fortalece los músculos e involucra todas las partes del cuerpo, y es una gran ayuda", dijo.

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Tenga expectativas realistas. Si te da miedo empezar, prueba un poco de actividad y mira cómo te sientes. Luego prueba un poco más y comprueba si te sientes bien. "Este tipo de exposición repetida es una buena manera de lidiar con el miedo residual y la indecisión", dice Rachel Botkin, fisioterapeuta en Columbus, Ohio.

"Hay que entender que ésta ha sido una época de trauma psicológico para muchas personas, y que ha repercutido en la forma en que nos comportamos", dijo el Dr. Thomas Cudjoe, geriatra y profesor adjunto de Johns Hopkins Medicine en Baltimore. "No vamos a volver a la actividad y el compromiso anteriores a la pandemia, como si encendiéramos un interruptor de la luz. Tenemos que respetar cuáles son los límites de las personas".

Come bien. Asegúrate de llevar una dieta equilibrada que incluya una buena cantidad de proteínas. El consumo adecuado de proteínas es aún más importante para los adultos mayores en épocas de estrés o cuando son sedentarios y no realizan mucha actividad, señaló un estudio reciente sobre el envejecimiento saludable durante Covid-19.

Restablecer las rutinas. "Para los adultos mayores es importante tener una estructura diaria que incluya interacciones sociales, ya sean virtuales o en persona, y diversas actividades, incluido algún tiempo al aire libre cuando hace buen tiempo", afirma la Dra. Lauren Beth Gerlach, psiquiatra geriátrica y profesora adjunta de psiquiatría en la Universidad de Michigan.

Las rutinas son especialmente importantes para las personas mayores con discapacidades cognitivas, que tienden a estar mejor cuando sus días tienen una estructura fiable y saben qué esperar, señaló.

Las rutinas al final del día también son útiles para abordar los problemas de sueño, que se han vuelto más comunes durante la pandemia. Según una encuesta de la Universidad de Michigan, realizada en enero, el 19% de los adultos de entre 50 y 80 años dicen dormir peor que antes de la pandemia.

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Reconectar socialmente. Los problemas de salud mental también han empeorado para un segmento de adultos mayores, según la encuesta de la Universidad de Michigan: El 19% declaró experimentar más tristeza o depresión, mientras que el 28% declaró estar más ansioso o preocupado.

El aislamiento social y la soledad pueden contribuir, y es una buena idea empezar a "reforzar el apoyo social" y ver a otras personas en persona si los mayores se vacunan, dijo Gerlach.

Las familias tienen un papel importante a la hora de volver a relacionar a sus seres queridos con el mundo que les rodea, sugirió Batsis. "Han tenido 15 meses más o menos de pocas interacciones cara a cara: Compénsalo ahora visitando más a menudo. Hagan el esfuerzo".

Laura Collins, de 58 años, ha pasado mucho tiempo este último mes con su madre, Jane Collins, de 92 años, desde que se suavizaron las restricciones a las visitas en la residencia de ancianos de Jane en Black Mountain, Carolina del Norte, y ambas mujeres fueron vacunadas. En el último año, la demencia de Jane progresó rápidamente y se deprimió, sollozando a menudo con Laura por teléfono.

"Le encanta salir al exterior y eso ha sido maravilloso", dijo Laura. "Su estado de ánimo cambia inmediatamente cuando sale del edificio: Está feliz, casi como una niña que va a tomar un helado. Y, de hecho, eso es lo que hacemos: salir a tomar un helado".