Un estudio demuestra la estrecha relación entre el acné y la depresión
El acné y la depresión están más relacionados de lo que pensamos, según un nuevo estudio.
El acné es una de las enfermedades de la piel más comunes entre adolescentes, pero esto no quiere decir que sea exclusiva de esta edad. No se puede decir que desarrollar acné de adulto sea lo habitual, ni mucho menos, pero sí existen muchos casos de acné en personas de más de 30 años. Aunque nunca es buen momento para sufrirlo, hacerle frente a una edad a la que se supone que no deberías tener este problema puede ser más difícil y puede acabar provocando otros problemas mentales como la ansiedad, la depresión o la fobia social.
Así lo ha demostrado un estudio reciente que ha sido publicado en el British Journal of Dermatology y el cual contó con dos millones de participantes. Entre ellos había personas que sufrían acné y otras que no, y los investigadores pudieron comprobar como las probabilidades de sufrir depresión eran más altas en las personas que tenía acné.
Entender la relación entre autismo y depresión
¿Existe una relación entre la altitud y la depresión?
Aunque el estudio no demostró cuál es la relación directa, sí quedó claro que dicha relación existe. Tal como apuntan estudios anteriores, la causa puede ser la forma en la que el acné acaba afectando a las relaciones sociales de quien lo sufre, especialmente cuando se trata de adultos que sienten que no deberían estar sufriendo este problema en esta edad.
Por eso, para tratar el acné, se recomienda tener, además del tratamiento para la piel adecuado y sugerido por un especialista, un gran apoyo emocional y, si fuera necesario, una terapia que nos ayude a vivir con el problema y a aceptar nuestro cuerpo.
Por otro lado, el acné no tiene por qué durar para siempre. Recurrir a un médico especialista es fundamental para ponerle fin al problema. Él nos puede decir si hay algún factor que nos lo esté causando y qué podemos hacer para mejorar el estado de nuestra piel. En muchos casos, ayuda eliminar ciertos alimentos de nuestra dieta, como los alimentos procesados o el azúcar, y cambiar nuestros hábitos alimenticios o de higiene.
Tristemente, la presión social por tener un físico lo más perfecto posible contribuye a que exista esta relación entre acné y depresión.
