Aunque no lo sepamos, esto es lo que pensamos de la gente que “nos suena”

ME RESULTA FAMILIAR

personas que nos suenanEsto es lo que interpreta tu cerebro cuando ves a alguien que “te suena”.

Seguro que tu también ves a menudo esas caras familiares que no sabes identificar de qué te suenan. No sabes por qué ni cuándo los vistes por primera vez, pero algo te dicen que te son familiares. Sobre este tema, un estudio reciente acaba de publicar unas curiosas afirmaciones que te harán pensar sobre el tema cada vez que te encuentres de nuevo sobre esa persona que no sabes si deberías saludar o no.

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El estudio ha sido realizado por un grupo de investigadores de la universidades de Columbia y California, Estados Unidos, y ha sido publicado en la revista Psychological Science. El estudio parte de la base de que las personas se sienten más cómodas cuando se encuentran entre personas o cosas que les resultan familiares. Según uno de los investigadores, es normal que “a nuestro cerebro le agradan las cosas que le son familiares”. Hasta aquí, nada que nos sorprenda.

Sin embargo, este estudio acaba de arrojar un dato curioso obtenido de las distintas pruebas a las que sometieron a un grupo de voluntarios. Al parecer, las personas que nos resultan familiares no solo nos agradan más si no que, sin darnos cuenta, las percibimos de forma distinta. El psicólogo Potr Winkielman, que ha participado en el estudio, lo explica de una forma muy sencilla: “si veo algo por segunda vez, es que no me ha devorado todavía.”

Pero además de darnos seguridad, este psicólogo asegura que “esa reacción positiva hacia lo familiar acaba convirtiéndose en una especie de evaluación objetiva sobre lo buena que es una cosa. Este fenómeno hace que, por ejemplo, un observador acabe convencido de que el rostro de un político que le suena es más amistoso, o que una canción o un producto es mejor que la competencia”, explica.

En el estudio, los voluntarios observador diferentes rostros y se inclinaron a pensar que los de las personas que les resultaban familiares salían más sonrientes en las fotos, aunque todas tuvieran la misma expresión.

En definitiva, una persona que nos resulta familiar no solo nos hará sentir más cómodos, si no que también nos hará pensar que es una persona amistosa y feliz. Curioso, ¿no?

 

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