¿Debe jugar Piqué en la selección?
Pues claro que España es diferente ¿En qué otro país podría preguntarse si uno de sus mejores defensas debería estar o no en la selección? Pero el caso de Piqué y su difícil encaje en el equipo nacional hace surgir la pregunta.
Piqué es un provocador nato. En los últimos tiempos han sido su actitud ante la pitada al himno en la final de Copa y la celebración del triplete del Barça, con dardito envenenado incluido al Madrid, lo que le han puesto en el disparadero. Sus palabras copan portadas, debates y la ira de los aficionados.
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En León, donde la selección ha estado concentrada la semana pasada, muchos han sido los aficionados que le han pitado con saña cada vez que tocaba el balón en cada entrenamiento. También en el partido. Del Bosque, que además de seleccionador es un gran bombero, solucionó el problema con entrenamientos a puerta cerrada para aliviar la tensión. “Quien pita a uno de los jugadores los pita a todos”, sentenció el salmantino.
La cuestión es que Piqué está muy involucrado en aspectos políticos. Su presencia en manifestaciones independentistas y su reconocido catalanismo no es del agrado de muchos aficionados.
El problema es la incoherencia. ¿Si no quiere ser español por qué acepta ir con la selección? Los malpensantes dirán que el aspecto económico de alcanzar ese nivel es muy goloso. Pero en esta doble faceta es donde surgen los problemas con Piqué.
Ya ha habido otros jugadores que han declinado jugar con la selección por motivos ideológicos. El mítico Txopo Iribar dejó de ir cuando dejó de ser obligatorio –léase cuando murió Franco-, Amorebieta prefirió vestir la elástica de Venezuela, país en el que nació, que la española. Oleguer rechazó la oferta antes incluso de que se produjera.
Es un asunto complicado. Del Bosque debe convocar siempre a los mejores jugadores disponibles, depende del propio Piqué, siguiendo sus principios, si debe o no debe jugar en la selección.
