Caos en Girona

SURREALISTA

Caos en Girona

 

Al Girona le faltaban cuatro minutos para ascender por primera vez en su historia a Primera División. Solo tenía que mantener su victoria por un gol frente al Lugo. Pero no fue así. El lucense Caballero marcó el empate y al Girona le anularon justamente el gol que les volvía a dar la victoria. El equipo local perdió los nervios y empezó el caos, el drama y la violencia en el estadio.

El banquillo del Girona fue a comerse al juez de línea y desde el público lanzaron una botella de plástico que impactó en el cuello del linier. Tan caliente estaba la situación que el árbitro suspendió el encuentro a falta de 40 segundos para su finalización.

Entonces los jugadores de ambos equipos se enzarzaron en una tangana a las puertas del túnel de vestuarios. El público enardecía más los ánimos con gritos de tongo. Pero lo realmente surrealista empieza aquí. Mientras los entrenadores comparecían en una caliente rueda de prensa una llamada desde la Federación ordena retomar los 40 segundos que quedan.

Así que media hora después de la interrupción se jugaron los 40 segundos que faltaban. Tras el pitido final la afición local se echó al campo en una invasión de campo que le costará bien cara al club.

Las declaraciones de los jugadores a la prensa subieron de tono y unos 300 aficionados esperaron la salida del autobús del Lugo. Hasta las 22.15 no pudieron abandonar el estadio gracias al despliegue policial, que consiguió sacarles de allí, tanto a los lucenses como a los árbitros, sin incidentes.

El empate hace que el Sporting de Gijón obtenga el pasaporte directo a Primera, mientras que el Girona tendrá que afrontar el playoff, con el Zaragoza como primer rival. Lo que quedará de esta última jornada de Segunda es una sensación amarga de desesperación, violencia y drama en el estadio.

 

 

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