Enfermedad renal y potasio: Cómo crear una dieta favorable para el riñón

El potasio es un mineral importante para el funcionamiento normal del organismo. Sin embargo, es posible que las personas con insuficiencia renal deban vigilar cuidadosamente su ingesta de potasio. Saber qué alimentos ricos en potasio hay que evitar será un cambio importante en el estilo de vida.

¿Por qué son importantes los niveles de potasio?

La principal función de los riñones es eliminar el exceso de líquidos y productos de desecho de la sangre.

Cuando funcionan con normalidad, estas centrales del tamaño de un puño pueden filtrar entre 120 y 150 litros de sangre al día y producir entre 1 y 2 litros de orina. Esto ayuda a evitar la acumulación de residuos en el organismo. También ayuda a mantener los electrolitos, como el sodio, el fosfato y el potasio, en niveles estables.

Las personas con enfermedad renal tienen una función renal disminuida. Normalmente son incapaces de regular el potasio de forma eficaz. Esto puede hacer que permanezcan en la sangre niveles peligrosos de potasio.

Algunos medicamentos utilizados para tratar la enfermedad renal también elevan el potasio, lo que puede agravar el problema.

Los niveles altos de potasio suelen desarrollarse lentamente a lo largo de semanas o meses. Esto puede provocar sensación de fatiga o náuseas.

Si su potasio aumenta repentinamente, puede experimentar dificultad para respirar, dolor en el pecho o palpitaciones. Si empieza a experimentar estos síntomas, llame a los servicios de urgencias de su localidad. Esta afección, denominada hiperpotasemia, requiere atención médica inmediata.

¿Cómo puedo minimizar la acumulación de potasio?

Una de las mejores formas de reducir la acumulación de potasio es hacer cambios en la dieta. Para ello, tendrás que saber qué alimentos tienen un alto contenido en potasio y cuáles tienen un bajo contenido. Asegúrate de investigar y leer las etiquetas nutricionales de los alimentos.

Tenga en cuenta que no sólo cuenta lo que come, sino también cuánto come. El control de las porciones es importante para el éxito de cualquier dieta saludable para los riñones. Incluso un alimento considerado bajo en potasio puede disparar sus niveles si come demasiado.

Alimentos que debe añadir a su

dieta

Los alimentos se consideran bajos en potasio si contienen 200 miligramos (mg) o menos por ración.

Algunos alimentos bajos en potasio son:

  • bayas, como fresas y arándanos
  • manzanas
  • pomelo
  • piña
  • arándanos y zumo de arándanos
  • coliflor
  • brécol
  • berenjena
  • judías verdes
  • arroz blanco
  • pasta blanca
  • pan blanco
  • claras de huevo
  • atún enlatado en agua

Alimentos que deben limitarse o evitarse

Los siguientes alimentos contienen más de 200 mg por ración.

Limite los alimentos ricos en potasio como:

  • plátanos
  • aguacates
  • pasas
  • ciruelas pasas y zumo de ciruelas pasas
  • naranjas y zumo de naranja
  • tomates, zumo de tomate y salsa de tomate
  • lentejas
  • espinacas
  • coles de Bruselas
  • guisantes partidos
  • patatas (normales y dulces)
  • calabaza
  • albaricoques secos
  • leche
  • productos de salvado
  • queso bajo en sodio
  • frutos secos
  • ternera
  • pollo

Aunque reducir la ingesta de alimentos ricos en potasio es importante para quienes siguen dietas con restricciones de potasio, lo más importante es mantener la ingesta total de potasio por debajo del límite establecido por el profesional sanitario, que suele ser de 2.000 mg de potasio al día o menos.

Dependiendo de su función renal, podrá incluir en su dieta pequeñas cantidades de alimentos ricos en potasio. Consulte a su profesional sanitario si tiene dudas sobre su restricción de potasio.

Cómo lixiviar el potasio de frutas y verduras

Si puede, cambie las frutas y verduras enlatadas por sus homólogas frescas o congeladas. El potasio de los productos enlatados se filtra en el agua o el zumo de la lata. Si utilizas este zumo en tu comida o te lo bebes, puede provocar un pico en tus niveles de potasio.

El zumo suele tener un alto contenido en sal, lo que hará que el cuerpo retenga agua. Esto puede provocar complicaciones en los riñones. Lo mismo ocurre con el zumo de carne, así que evítalo también.

Si sólo tienes conservas a mano, asegúrate de escurrir el jugo y desecharlo. También debes enjuagar los alimentos enlatados con agua. Esto puede reducir la cantidad de potasio que consumes.

Si está cocinando un plato que requiere una verdura rica en potasio y no desea sustituirla, puede extraer parte del potasio de la verdura.

La Fundación Nacional del Riñón aconseja el siguiente enfoque para la lixiviación de patatas, boniatos, zanahorias, remolachas, calabazas de invierno y colinabos:

  1. Pelar la verdura y ponerla en agua fría para que no se oscurezca.
  2. Cortar la verdura en rodajas de 1/8 de pulgada de grosor.
  3. Enjuáguela en agua templada durante unos segundos.
  4. Remoje los trozos durante un mínimo de dos horas en agua templada. Utilice una cantidad de agua 10 veces superior a la cantidad de verdura. Si dejas la verdura en remojo durante más tiempo, asegúrate de cambiar el agua cada cuatro horas.
  5. Vuelve a enjuagar la verdura bajo agua caliente durante unos segundos.
  6. Cocer la verdura con una cantidad de agua cinco veces superior a la cantidad de verdura.

¿Qué cantidad de potasio es segura?

Se recomienda que los hombres y mujeres sanos mayores de 19 años consuman al menos 3.400 mg y 2.600 mg de potasio al día, respectivamente.

Sin embargo, las personas con enfermedad renal que siguen dietas con restricción de potasio suelen necesitar mantener su ingesta de potasio por debajo de 2.000 mg al día.

Si padece una enfermedad renal, su médico debe controlarle el potasio. Lo harán con un simple análisis de sangre. El análisis de sangre determinará su nivel mensual de potasio en milimoles por litro de sangre (mmol/L).

Los tres niveles son:

  • Zona de seguridad: 3,5 a 5,0 mmol/L
  • Zona de precaución: 5,1 a 6,0 mmol/L
  • Zona de peligro: 6,0 mmol/L o superior

Su médico puede trabajar con usted para determinar la cantidad de potasio que debe ingerir diariamente, manteniendo al mismo tiempo el mayor nivel de nutrición posible. También controlará tus niveles para asegurarse de que te mantienes dentro de un rango seguro.

Las personas con niveles altos de potasio no siempre presentan síntomas, por lo que es importante vigilarlas. Si usted tiene síntomas, pueden incluir:

  • fatiga
  • debilidad
  • entumecimiento u hormigueo
  • náuseas
  • vómitos
  • dolor en el pecho
  • pulso irregular
  • ritmo cardíaco errático o bajo

¿Cómo puede afectar la insuficiencia renal a mis otras necesidades nutricionales?

Si padece insuficiencia renal, satisfacer sus necesidades nutricionales puede ser más fácil de lo que cree. El truco está en saber qué puede comer y qué debe reducir o eliminar de su dieta.

Es importante comer porciones más pequeñas de proteínas, como pollo y ternera. Una dieta rica en proteínas puede hacer que los riñones trabajen demasiado. Reducir la ingesta de proteínas mediante el control de las porciones puede ayudar.

Es importante tener en cuenta que la restricción de proteínas depende de su nivel de enfermedad renal. Hable con su profesional sanitario para saber cuántas proteínas debe consumir al día.

El sodio puede aumentar la sed y llevar a beber demasiados líquidos, o provocar hinchazón corporal, ambas cosas malas para los riñones. El sodio es un ingrediente oculto en muchos alimentos envasados, así que asegúrate de leer las etiquetas.

En lugar de echar mano de la sal para sazonar tu plato, opta por hierbas y otros condimentos que no incluyan sodio ni potasio.

También es probable que necesite tomar un aglutinante de fosfato con las comidas. Esto puede evitar que tus niveles de fósforo suban demasiado. Si estos niveles suben demasiado, puede producirse un descenso inverso del calcio, lo que debilita los huesos.

También puede plantearse limitar el consumo de colesterol y grasas totales. Cuando los riñones no filtran con eficacia, el consumo de alimentos ricos en estos componentes es más perjudicial para el organismo. El sobrepeso debido a una dieta inadecuada también puede suponer un esfuerzo añadido para los riñones.

¿Puedo seguir comiendo fuera si padezco una enfermedad renal?

Puede que al principio le resulte difícil salir a comer fuera, pero puede encontrar alimentos aptos para enfermos renales en casi todos los tipos de cocina. Por ejemplo, la carne y el marisco a la plancha o a la parrilla son buenas opciones en la mayoría de los restaurantes estadounidenses.

También puedes optar por una ensalada en lugar de un acompañamiento a base de patatas, como patatas fritas, patatas fritas o puré de patatas.

Si vas a un restaurante italiano, evita las salchichas y el pepperoni. En su lugar, opta por una ensalada sencilla y pasta con salsa sin tomate. Si comes comida india, opta por los platos de curry o el pollo tandoori. Evita las lentejas.

Pida siempre que no le añadan sal y que le sirvan los aliños y las salsas aparte. El control de las raciones es una herramienta útil.

Algunas cocinas, como la china o la japonesa, suelen tener más sodio. Pedir en este tipo de restaurantes puede requerir más delicadeza.

Elige platos con arroz cocido al vapor, en lugar de frito. No añadas salsa de soja, salsa de pescado ni nada que contenga glutamato monosódico.

Los embutidos también tienen un alto contenido en sal y deben evitarse.

Conclusión

Si padece una enfermedad renal, la reducción de la ingesta de potasio será un aspecto importante de su vida diaria. Sus necesidades dietéticas pueden seguir cambiando y requerirán un seguimiento si su enfermedad renal progresa.

Además de trabajar con su médico, puede resultarle útil reunirse con un dietista renal. Pueden enseñarte a leer las etiquetas nutricionales, a vigilar las raciones e incluso a planificar tus comidas semanales.

Aprender a cocinar con distintas especias y condimentos puede ayudarle a reducir el consumo de sal. La mayoría de los sustitutos de la sal contienen potasio, por lo que están prohibidos.

También debe consultar a su médico sobre la cantidad de líquido que debe tomar al día. Beber demasiado líquido, incluso agua, puede poner a prueba los riñones.

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